El Rockefeller Center es un complejo comercial construido por la familia Rockefeller que consta de 19 edificios. Está situado en el Midtown, entre la Quinta y la Sexta Avenida en la isla de Manhattan, Nueva York. En esta zona se encuentran algunas de las boutiques más lujosas de Nueva York. Fue declarado National Historic Landmark en 1988.[1] [2]
El Rockefeller Center está compuesto de multitud de tiendas y teatros con gran reputación, como el Radio City Music Hall. El complejo es un destino turístico, debido a los numerosos decorados de la Plaza Rockefeller, la vista ofrecida por el observatorio del Edificio GE, y además de las muchas actividades estacionales, como la pista de patinaje sobre hielo o el gran abeto, que cada año congregan a miles de personas.
jueves, 11 de marzo de 2010
el fundameto de la fundacion rockefeller
Debido a la devastación que se produjo en Europa como consecuencia de la Primera Guerra Mundial, los responsables de la FR argumentaban que mientras que la sanidad pública de Estados Unidos se había desarrollado rápidamente, la organización europea de la sanidad pública estaba teñida de un imperialismo anticuado. Los responsables criticaban la estrechez de la perspectiva médica de la microbiología de Pasteur y de Koch. La Fundación Rockefeller no retrocedió ante el incremento del aislacionismo de Estados Unidos a principios de la década de 1920, pero no consideró adecuado asumir un papel demasiado prominente. La Fundación Rockefeller era prácticamente una organización gestionada y formada por personal estadounidense y, a pesar de su perspectiva dinámica a nivel internacional, se veía limitada por factores domésticos derivados de la situación de Estados Unidos. No obstante, los responsables sobre el terreno de la FR vinculaban el desarrollo de las ciencias médicas a las actuaciones internacionales. Los responsables de la Fundación Rockefeller consideraban que: "Todo depende de la fortaleza permanente de los gobiernos democráticos."
Ludwick Rajchman, el carismático Director del nuevo Instituto de Higiene de Varsovia, presidió la Comisión para Epidemias de la Sociedad de Naciones desde 1921, desarrollando con habilidad un Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones de carácter permanente a partir de una institución temporal de emergencia. Ludwick Rajchman se distanció de sus patrocinadores franco-británicos e intensificó las relaciones con la Fundación Rockefeller7. Asimismo, trabajó en colaboración con los responsables de la FR, Rose y Gunn, con el fin de establecer una estrategia común para construir institutos centrales de salud pública, así como una estructura coordinada y dividida en diversos niveles de clínicas y hospitales públicos. El Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones combinó las funciones de investigación y de organización, lo que supuso que tanto el departamento de ciencias médicas de la Fundación Rockefeller como el Consejo Internacional de Salud pudieran financiar, aproximadamente a partes iguales desde 1922 hasta 1934, al Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones, contribuyendo cada uno de ellos con más de un millón de dólares USA durante esta etapa de construcción.
La alternativa de la Fundación Rockefeller a establecer un telón de acero sanitario de puntos de desinfección y de cuarentena era la de proporcionar asistencia a un programa de salud positiva basado en la medicina preventiva. Europa del Este se encontraba preparada para aplicar el nuevo régimen de sanidad pública diseñado en el Escuela de Salud Pública de la Universidad John Hopkins8. Los sistemas de formación en las líneas americanas debían servir para sustituir la dependencia de las instalaciones de salud pública y de la educación médica existentes en Alemania y Austria que había prevalecido hasta 1914. Los objetivos del Consejo Internacional de Salud fueron proporcionar asistencia "a los organismos oficiales de sanidad pública para que desarrollen medidas administrativas" y realizar investigaciones de campo encaminadas a la prevención de determinadas enfermedades, como la anquilostomiasis, la fiebre amarilla y la malaria. Aunque el Consejo se dio cuenta de que era necesario adaptarse a "las condiciones, las tradiciones, las necesidades y las costumbres locales", se dedicó fundamentalmente a divulgar los métodos estadounidenses en materia de sanidad pública, estrategia que los responsables de la Fundación Rockefeller consideraban que iba más allá de la perspectiva limitada de la bacteriología alemana o de la microbiología francesa. Por lo tanto, la FR era proclive a sustituir otras influencias extranjeras relevantes en España como la microbiología francesa. Los institutos de higiene debían ser los baluartes contra la propagación de epidemias al actuar como núcleos de una nueva infraestructura de clínicas y de centros de salud compuestos por médicos y personal de enfermería formados en los modernos métodos de salud pública. La mejora de la nutrición y de la higiene personal debían promover la resistencia física del cuerpo ante las infecciones, mientras que el amplio programa social y de medicina preventiva estaba destinado a reforzar la estabilidad política mediante la construcción de unas estructuras administrativas internas.
El equilibrio de poder entre los expertos y los representantes de los estados quedó sin resolver. No se zanjó el debate sobre si el organismo internacional de salud debía ser únicamente una cámara de compensación en relación con la información generada por los nuevos ministerios de sanidad o, por el contrario, debía establecer unos modelos y unas directrices óptimas, así como actuar como el organismo impulsor de la reforma sanitaria internacional. Rajchman argumentó que el Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones debía realizar tareas de carácter más esencial. En la medida en que la Fundación Rockefeller se encontraba cercana a sus posturas referidas al desarrollo de un conjunto de expertos internacionales en materia de salud pública, la financiación no resultó problemática. El entusiasmo de los principales directivos del Consejo Internacional de Salud, en particular, Wickliffe Rose y Selskar Gunn, permitieron a Rajchman sobrepasar las limitaciones de las políticas más minimalistas de los británicos y de los franceses en relación con el Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones. No obstante, una vez que se constató que los importantes fondos asignados generaban un choque entre la autonomía de los expertos y la responsabilidad política, la situación se convirtió en problemática9.
El Comité de Salud de la Sociedad de Naciones estaba presidido por el experto danés en serología Madsen, e incluía distinguidos científicos médicos, como el experto alemán en malaria, Bernhard Nocht, y Carlos Chagas del Instituto Osvaldo Cruz. En 1923, España estaba representada en el Comité de Salud por Angel Pulido, antiguo Director General del Departamento de Sanidad Pública de Madrid. En 1924, éste se vio sustituido por Gustavo Pittaluga de la Facultad de Medicina, quién asistió a casi todas las reuniones del Comité de Salud hasta 193610. Pittaluga jugó un papel activo en la comisión para la malaria y promovió la extensión de los trabajos del Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones a Cuba y a África11
Ludwick Rajchman, el carismático Director del nuevo Instituto de Higiene de Varsovia, presidió la Comisión para Epidemias de la Sociedad de Naciones desde 1921, desarrollando con habilidad un Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones de carácter permanente a partir de una institución temporal de emergencia. Ludwick Rajchman se distanció de sus patrocinadores franco-británicos e intensificó las relaciones con la Fundación Rockefeller7. Asimismo, trabajó en colaboración con los responsables de la FR, Rose y Gunn, con el fin de establecer una estrategia común para construir institutos centrales de salud pública, así como una estructura coordinada y dividida en diversos niveles de clínicas y hospitales públicos. El Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones combinó las funciones de investigación y de organización, lo que supuso que tanto el departamento de ciencias médicas de la Fundación Rockefeller como el Consejo Internacional de Salud pudieran financiar, aproximadamente a partes iguales desde 1922 hasta 1934, al Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones, contribuyendo cada uno de ellos con más de un millón de dólares USA durante esta etapa de construcción.
La alternativa de la Fundación Rockefeller a establecer un telón de acero sanitario de puntos de desinfección y de cuarentena era la de proporcionar asistencia a un programa de salud positiva basado en la medicina preventiva. Europa del Este se encontraba preparada para aplicar el nuevo régimen de sanidad pública diseñado en el Escuela de Salud Pública de la Universidad John Hopkins8. Los sistemas de formación en las líneas americanas debían servir para sustituir la dependencia de las instalaciones de salud pública y de la educación médica existentes en Alemania y Austria que había prevalecido hasta 1914. Los objetivos del Consejo Internacional de Salud fueron proporcionar asistencia "a los organismos oficiales de sanidad pública para que desarrollen medidas administrativas" y realizar investigaciones de campo encaminadas a la prevención de determinadas enfermedades, como la anquilostomiasis, la fiebre amarilla y la malaria. Aunque el Consejo se dio cuenta de que era necesario adaptarse a "las condiciones, las tradiciones, las necesidades y las costumbres locales", se dedicó fundamentalmente a divulgar los métodos estadounidenses en materia de sanidad pública, estrategia que los responsables de la Fundación Rockefeller consideraban que iba más allá de la perspectiva limitada de la bacteriología alemana o de la microbiología francesa. Por lo tanto, la FR era proclive a sustituir otras influencias extranjeras relevantes en España como la microbiología francesa. Los institutos de higiene debían ser los baluartes contra la propagación de epidemias al actuar como núcleos de una nueva infraestructura de clínicas y de centros de salud compuestos por médicos y personal de enfermería formados en los modernos métodos de salud pública. La mejora de la nutrición y de la higiene personal debían promover la resistencia física del cuerpo ante las infecciones, mientras que el amplio programa social y de medicina preventiva estaba destinado a reforzar la estabilidad política mediante la construcción de unas estructuras administrativas internas.
El equilibrio de poder entre los expertos y los representantes de los estados quedó sin resolver. No se zanjó el debate sobre si el organismo internacional de salud debía ser únicamente una cámara de compensación en relación con la información generada por los nuevos ministerios de sanidad o, por el contrario, debía establecer unos modelos y unas directrices óptimas, así como actuar como el organismo impulsor de la reforma sanitaria internacional. Rajchman argumentó que el Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones debía realizar tareas de carácter más esencial. En la medida en que la Fundación Rockefeller se encontraba cercana a sus posturas referidas al desarrollo de un conjunto de expertos internacionales en materia de salud pública, la financiación no resultó problemática. El entusiasmo de los principales directivos del Consejo Internacional de Salud, en particular, Wickliffe Rose y Selskar Gunn, permitieron a Rajchman sobrepasar las limitaciones de las políticas más minimalistas de los británicos y de los franceses en relación con el Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones. No obstante, una vez que se constató que los importantes fondos asignados generaban un choque entre la autonomía de los expertos y la responsabilidad política, la situación se convirtió en problemática9.
El Comité de Salud de la Sociedad de Naciones estaba presidido por el experto danés en serología Madsen, e incluía distinguidos científicos médicos, como el experto alemán en malaria, Bernhard Nocht, y Carlos Chagas del Instituto Osvaldo Cruz. En 1923, España estaba representada en el Comité de Salud por Angel Pulido, antiguo Director General del Departamento de Sanidad Pública de Madrid. En 1924, éste se vio sustituido por Gustavo Pittaluga de la Facultad de Medicina, quién asistió a casi todas las reuniones del Comité de Salud hasta 193610. Pittaluga jugó un papel activo en la comisión para la malaria y promovió la extensión de los trabajos del Organismo de Salud de la Sociedad de Naciones a Cuba y a África11
la fundacion de universidad de chicago
La Universidad de Chicago
Fue fundada en 1891 por John D. Rockefeller y celebró sus primeras clases en octubre de 1892, un año después de Stanford. Es preciso conocer el entorno social de la época, porque es cuando nace la filantropía científica, es decir, sistemática, una tradición esencial en la cultura americana que, no sólo ha durado hasta el presente, sino que se ha fortalecido de forma continua. El origen de las universidades privadas modernas está firmemente entroncado en esta tradición.
En la época cumbre del capitalismo del laisser-faire, a finales del siglo XIX, se habían hecho unas fortunas inimaginables. Algunos de los potentados construyeron palacios de verano en Newport, Rhode Island, de un lujo extravagante (“summer cottages” les llamaron). Los Vanderbilt emplearon $11 millones de entonces ($170 millones de 1996) en construir y amueblar el suyo. En una noche memorable, el salón de baile del palacio de los Vanderbilt resplandecía con los uniformes de un histórico regimiento inglés y con las condecoraciones del cuerpo diplomático. Pero no había ningún oficial inglés ni ningún diplomático: se trataba de un grupo de actores contratados por la mujer de Vanderbilt para complacer a su marido, el cual se había vuelto loco y creía ser el Príncipe de Gales. Cuando el cuñado del zar Nicolás II visitó Newport, confesó que nunca había imaginado que tal lujo pudiera existir.[1]
Pero no todos los potentados fueron iguales. John D. Rockefeller, el más rico de todos, fue un hombre muy complejo. En la expresión de su biógrafo, Chernow, fue “una mezcla poco plausible de pecado y santidad”.[2] En sus años de capitán de empresa, como fundador de Standard Oil, fue un enemigo acérrimo del sindicalismo (actitud generalizada entre los empresarios de la época), e implacable en la lucha con sus competidores, hasta lograr que Standard Oil monopolizara la industria del petróleo. De convicciones religiosas profundas (era baptista evangélico) despreció siempre la ostentación, nunca tuvo un yate, ni caballos purasangre, ni vida de sociedad. Construyó varias mansiones, en las que disfrutaba de la vida familiar y de su afición al golf. A lo largo de su vida había hecho obras de caridad que controlaba personalmente. Pero a medida que su fortuna fue creciendo hasta convertirlo en el hombre más rico del mundo, se dio cuenta de que con las obras de caridad personales no podía conseguir nada importante. Se retiró de la dirección de Standard Oil y de sus otros negocios a los 58 años, y durante los 40 años de su retiro se dedicó de lleno a la filantropía. Creó la filantropía científica (sus palabras), es decir, la planificación y ejecución sistemática de la misma utilizando organizaciones centralizadas de control con métodos administrativos y de gestión análogos a los de una empresa.
Otro potentado contemporáneo de Rockefeller, Dale Carnegie, inmigrante escocés y fundador de United States Steel, publicó un ensayo titulado “Riqueza” que alcanzó una gran influencia, tanto en Estados Unidos como en Inglaterra. Carnegie postuló que había que poner fin al capitalismo salvaje y al abismo existente entre los grandes empresarios y los trabajadores oprimidos. Para distribuir los beneficios económicos alcanzados, argumentó que los ricos deberían donar en vida la mayor parte de su dinero a causas nobles, y evitar de esta forma que las fortunas fueran malgastadas por herederos ociosos. Dejó una frase memorable: “el que muere rico muere en desgracia”. Fiel a su palabra, de los $400 millones de su fortuna, donó $350 millones a obras filantrópicas, entre las que destaca la construcción de 2.800 bibliotecas públicas en Estados Unidos, Inglaterra, Europa, Africa, y Fiji. Dejó $20 millones para una fundación para la paz, y otros $30 millones para garantizar rentas vitalicias a personas que habían estado a su servicio, amigos, etc. Rockefeller fue muy influenciado por el ejemplo de Carnegie y, cuando se inauguró la primera biblioteca Carnegie en Pittsburg en 1896, le envió su felicitación: “... puedes estar seguro de que tu ejemplo dará fruto y que en el futuro los hombres con grandes fortunas estarán dispuestos a utilizarlas para el bien del prójimo”.[3]
El lector interesado puede consultar a Chernow para informarse del lado oscuro de la vida de Rockefeller, como el monopolio de Standard Oil y su disolución por la justicia; su anti-sindicalismo feroz, causa indirecta de la masacre de Ludlow, Colorado, en 1914, cuando dos mujeres y once niños fueron asfixiados por el humo del incendio de la tienda de campaña en la que estaban escondidos, tragedia ocurrida en medio de un enfrentamiento armado durante una huelga de mineros, los cuales habían sido expulsados de las viviendas de la compañía minera controlada por Rockefeller.
Nuestro objetivo es señalar las lecciones que pueden aprenderse de la filantropía de Rockefeller en relación con la organización de las universidades e investigación españolas. La lección fundamental dada por Rockefeller es muy simple: las universidades y la investigación científica pueden organizarse y funcionar con eficacia poniendo a su frente a individuos idóneos e íntegros, sujetos a controles rigurosos de responsabilidad, pero de otro modo dejándoles una libertad absoluta de acción y de gestión. El genio de Rockefeller fue encontrar a estos individuos, con bastante éxito en la mayoría de los casos. Las actividades e instituciones filantrópicas creadas por Rockefeller han sido un motor preeminente de desarrollo en el siglo XX en todo el mundo.
El alma y el guía director de las obras filantrópicas de Rockefeller fue un pastor baptista, Frederick Gates, contratado a los 35 años para ponerse al frente de un proyecto de construcción de una universidad baptista en Chicago. Rockefeller fue un devoto baptista toda su vida. El método de Rockefeller fue actuar siempre en un segundo plano sin ningún protagonismo, confiando siempre de forma absoluta en el juicio y las recomendaciones de Gates. No es que las aceptara siempre de inmediato, lo típico era que Gates proponía algo y Rockefeller se lo pensaba durante un tiempo, a veces años, antes de abrir la bolsa; al principio, siempre de forma parsimoniosa, pero cuando la actividad proporcionaba resultados claros, el dinero de Rockefeller se liberaba a raudales. Exactamente lo mismo que debe hacer cualquier gobierno. Apoyar a las instituciones que producen resultados y eliminar a las estériles.
La historia de la fundación de la Universidad de Chicago es muy interesante por los problemas y conflictos causados por su primer presidente, William Harper. Este había obtenido su doctorado (PhD) a los 18 años, y cuando fue elegido para crear y dirigir la nueva universidad tenía 36 años y era profesor de estudios bíblicos en un seminario baptista.
La integridad y vocación de Harper para crear una gran institución que durara hasta el fin de los tiempos fueron absolutas. Los conflictos y los problemas surgieron al suponer, como así fue, que Rockefeller, una vez comenzada la empresa, no tenía mas remedio que abrir el talonario y pagar todos los gastos que surgiesen. Harper quiso construir en el tiempo más breve posible una gran universidad que compitiera con las mejores. Ignorando las advertencias de Gates, construía edificios, creaba facultades nuevas y contrataba a los mejores profesores, sin prestar atención al presupuesto, forzando a Rockefeller a cubrir los déficit al final de cada ejercicio. Esto iba exactamente en contra de los principios y filosofía de Rockefeller, el cual quería que la sociedad civil de Chicago se hiciera co-responsable de la financiación de la universidad. La política de hechos consumados de Harper no hizo posible esta opción, ya que la sociedad civil juzgó que la universidad era un proyecto favorito de Rockefeller para satisfacer a su ego. Finalmente en 1897, agotada su paciencia, Rockefeller convocó a la Junta de Gobierno de la universidad y reprobó duramente a Harper. Exigió que en adelante todos los gastos tendrían que ser sometidos a su aprobación previa. La relación padre-hijo que había existido entre Rockefeller y Harper se vio gravemente afectada. Harper siguió al frente de la universidad hasta su muerte de cáncer en 1906, 14 años después de su inauguración.
Rockefeller rindió homenaje a Harper reconociendo que, a pesar de su irresponsabilidad fiscal, en poco más de 10 años había creado una universidad del mismo calibre que Harvard o Yale. Anunció la construcción de una nueva biblioteca en el campus en su memoria, y creó un fondo de $100.000 para proveer a su viuda con una renta vitalicia.
Fue Gates quién reconoció primero la necesidad de que Rockefeller terminase toda relación con la universidad, para que ésta pudiese alcanzar la independencia total y su desarrollo pleno. En 1908 convenció primero al hijo de Rockefeller, John Jr., el cual empezó a tratar el tema con su padre, sugiriéndole una última donación de $10 millones antes de cortar las amarras para siempre. Empleó dos años en convencerlo y en 1910 Rockefeller entregó su última donación de $10 millones, elevando el importe total de sus donaciones a $35 millones, unos $540 millones de 1996. En una carta de despedida a la Junta de Gobierno escribió: “Es mucho mejor que la universidad sea soportada por las contribuciones de muchos y no por las de una sola persona ... Esta gran institución pertenece al pueblo y debe ser controlada, gobernada y financiada por el pueblo.”[4] Entre 1910 y 1932, diversas obras filantrópicas de los Rockefeller donaron $41 millones más. Pero Rockefeller había introducido el concepto de que el benefactor era el fundador, pero no el dueño ni quién ejercía el control. La no injerencia de Rockefeller fue reconocida por la Junta de Gobierno en su reunión de 1910 al declarar: “El Sr. Rockefeller nunca sugirió el nombramiento o el despido de ningún profesor. Cualesquiera que fueran las opiniones expresadas por miembros de la facultad, él nunca manifestó ni su asentimiento ni su desaprobación.”[5]
Gobierno de la universidad. Los estatutos establecen un único órgano de gobierno, la Junta de Gobierno (Board of Trustees) integrada por un máximo de 45 miembros. Esta Junta se perpetúa a si misma en el tiempo. Se reúne cuatro veces al año, y en la última reunión elige a nuevos miembros para llenar las vacantes dejadas por los miembros cuyo mandato ha expirado. El mandato de los miembros de la junta es de cinco años. Las elecciones se han organizado de tal forma que cada año se renueva aproximadamente un quinto de los miembros, para asegurar la continuidad. Se puede ser miembro de la junta por un máximo de 15 años.
La junta está presidida por el chairman, debajo del cual está el presidente de la universidad y el provost (vicepresidente ejecutivo para asuntos académicos), y otros ejecutivos. La autoridad ejecutiva de la Junta de Gobierno es ejercida por el comité ejecutivo, integrado por el chairman, el presidente de la universidad, y por otros 10 miembros, elegidos por mayoría simple por los miembros de la Junta de Gobierno. El Chairman de la Junta de Gobierno es también chairman del comité ejecutivo. Lo sorprendente del gobierno de la universidad es que, en principio, el chairman y el presidente de la universidad son elegidos para un solo año. En la nueva reunión al cabo de un año, la junta puede por supuesto reelegir de nuevo a los mismos miembros del comité ejecutivo (chairman, presidente, etc.). Esto da a la junta la posibilidad de deshacerse fulminantemente de algún miembro del comité ejecutivo por cualquier razón que estime oportuna.
El presidente tiene por otra parte las mismas responsabilidades académicas y de gestión que los de otras universidades. El chairman no es un empleado de la universidad (no cobra) mientras que el presidente, el provost, los vicepresidentes, etc., sí lo son.
Los profesores. El primer escalón de la carrera docente corresponde al puesto de assistant professor. Este es nombrado por un período de tres o cuatro años; en el último año de su contrato, su departamento tiene que proponer al decano de la facultad correspondiente su renovación como asistant professor por un segundo período de tres o cuatro años, o su no renovación. En caso de renovación, en el último año de su nuevo contrato (trascurridos seis o siete años desde su primer nombramiento), el departamento propone al decano su ascenso al puesto de associate professor, lo cual es ya un nombramiento vitalicio, o su no renovación. En todos los casos de no renovación, los profesores tienen que abandonar la universidad. Estas son las reglas de juego establecidas por la Junta de Gobierno y aceptadas por todos: no hay apelación.
Lo que está claro es el que el departamento nunca tiene el poder de nombrar a los profesores. Elevan sus propuestas al decano, el cual decide. Pero a su vez la decisión del decano tiene que ser aprobada por el provost y, por último, por el presidente.
Los nombramientos a puestos vitalicios por traslado de otras universidades, o el ascenso a la categoría máxima de full professor se rigen por el mismo procedimiento.
Esto contrasta con el sistema español en el que también hay reglas de juego, pero en el que en muchos casos no se cumplen. Se considera que cuando un profesor no titular ha estado asociado con una universidad por un período de tiempo largo, la universidad tiene una obligación moral de solucionarle de algún modo su situación laboral. Esto puede resolver problemas individuales, pero hace imposible que la universidad sea un centro de excelencia, y es el bien general de la sociedad el que sale perjudicado. La situación sería mucho más fácil si el período de permanencia de profesores no titulares se limitara por norma de forma inapelable: o asciendes a profesor titular en dicho periodo o a la calle.
En los estatutos de la universidad de Chicago se establece de forma clara y tajante que todos los profesores vitalicios están sujetos a despido por bajo rendimiento o por razones disciplinarias. Antes de que el despido tenga lugar, el profesor debe ser informado de los cargos que se le imputan y tiene el derecho de dimitir (para evitar el estigma de la expulsión en su historial), o a que su caso sea examinado por un comité de profesores. Este comité es nombrado por el presidente y debe elevarle un informe en un plazo prescrito. Si no lo hace, el presidente puede tomar la acción que estime apropiada. El presidente puede también rechazar las recomendaciones del comité, aunque en este caso está obligado a informar al mismo de sus razones.
El número total de profesores en la universidad es del orden de 2.100, y el de estudiantes de 12.500 (de licenciatura y post-graduados).
Para comparar con Harvard y con Stanford, damos los datos sobre los catedráticos en activo del departamento de física de Chicago. Este tiene 30 catedráticos, de los cuales 29 (el 97%) obtuvieron sus doctorados en otras universidades.
Los porcentajes de los catedráticos de física que obtuvieron el doctorado en la misma universidad de su cátedra son: Harvard, 39%; Stanford, 13%; Chicago, 3%. Debe notarse que no todos estos catedráticos permanecieron de forma continua en la misma universidad después de haber hecho el doctorado. El mensaje es claro: no se aprecia endogamia.
Los alumnos. El número total de estudiantes en el año académico 2000-2001 fue de 12.448, de los cuales 3.904 eran estudiantes de licenciatura (college), y 8.544 eran estudiantes de post-grado. Debemos recordar que la fuerza principal de las universidades americanas reside en los estudios de post-grado, en donde prima la investigación en las disciplinas “duras” (física, matemáticas, química, astronomía, ingeniería, etc.) o los estudios profesionales (derecho, medicina, administración de empresas, etc.). El nivel de los estudios de post-grado es el más alto del mundo, por esto la inmensa mayoría de los estudiantes extranjeros hacen estudios de post-grado. Este nivel sólo puede alcanzarse, entre otras cosas, por una característica esencial: todos los estudiantes de post-grado tienen obligatoriamente dedicación exclusiva. El tener un empleo a tiempo parcial y tratar de compaginarlo con estudios de post-grado no está permitido y, además, es imposible; simplemente esto no existe.
El coste de un año académico en el college es del orden de $34.000, algo más de 6 millones de pesetas. Esto incluye $2.000 para “gastos personales” y libros. Al vivir en el campus y no tener que pagar transporte, los gastos personales pueden reducirse casi hasta cero, si así se quiere. Como en Harvard y Stanford, la política de admisiones no tiene en cuenta la situación económica de la familia del candidato. Primero se admite al candidato si tiene méritos suficientes, y luego se le concede un paquete de ayuda económica a medida. Sin entrar en excesivos detalles, para los estudiantes de familias más modestas, el importe de la ayuda asciende hasta los $29.000, distribuidos de la forma siguiente: $23.600 a fondo perdido, $3.800 de un préstamo pagadero a 10 años, y $1.600 por trabajo. La totalidad de los estudiantes de familias modestas que son admitidos reciben ayuda económica. Si se trata de estudiantes de familias de clase media alta con más de $100.000 de renta anual, cerca del 60% reciben ayuda económica por un importe de unos $12.000, distribuidos en promedio del modo siguiente: el 69% a fondo perdido, el 19% de un préstamo, y el 13% por trabajo. Estas últimas ayudas se conceden según las circunstancias familiares, si tienen otros hijos estudiando, si tienen gastos médicos extraordinarios crónicos, etc.
El hecho claro es que asistir a una universidad privada de élite supone un esfuerzo económico considerable por parte de las familias. La alternativa es ir a una universidad pública, algunas de las cuales como la Universidad de California en sus distintos campus (Berkeley, Los Angeles, etc.) son de un nivel equiparable al de las mejores universidades privadas. Como describiremos más adelante, las públicas son mucho más baratas.
La universidad ha revelado detalles concretos sobre el proceso de admisión al college, algo que todas las universidades de élite mantienen generalmente como materia reservada. El comité de admisiones de Chicago tiene 12 miembros, presididos por el decano de admisiones; este último título expresa la importancia crucial que las universidades confieren al proceso de admisiones en el college. En otoño de 1998, Chicago recibió siete solicitudes por cada una de las 1.011 plazas disponibles. Las solicitudes deben incluir los resultados de las pruebas objetivas nacionales SAT (scholastic aptitude test, prueba de aptitud escolar), las notas obtenidas en la escuela secundaria, un impreso de solicitud extenso en el que se plantean muchas preguntas de tipo diverso, informes escritos de los profesores de la escuela secundaria y, en algunos casos, se llega a una entrevista personal con el estudiante, realizada por algún miembro del comité de admisiones. La carpeta relativa a un solicitante puede llegar a incluir 20 o 30 páginas de información. La decisión sobre la admisión de un candidato no es enteramente mecánica, basada en los puntos obtenidos en el SAT y otros datos, sino que la personalidad del aspirante puede ser debatida por los miembros del comité. El resultado del proceso es que los candidatos más idóneos son admitidos en diciembre; a los dudosos se les comunica que tienen posibilidades de ser admitidos en primavera. Las reglas de juego es que un estudiante solicita su admisión en unas cinco universidades, y puede ser admitido en dos o tres, y luego elige la que prefiere.
En 1998, el promedio de puntos obtenidos en el SAT por los solicitantes de plaza en Chicago fue de 1370 (de un máximo de 1600); como dato curioso, se sabe que el presidente Bush obtuvo 1206 puntos y Al Gore 1335.
Recientemente, el presidente de la Universidad de California ha propuesto eliminar el SAT como requisito de ingreso. Aunque nada humano es perfecto, muchos educadores consideran que es una prueba objetiva a nivel nacional (las preguntas son formuladas por profesores de secundaria elegidos en todo el país), y la experiencia general es que los que obtienen buenos resultados en el SAT tendrán luego éxito en sus estudios universitarios. Desde que los SAT fueron introducidos en los años 60, han sido un mecanismo muy útil para fomentar el mérito como criterio de admisión, por encima de la situación económica de la familia del estudiante.
Es de interés señalar que los estudiantes blancos y asiáticos obtienen sistemáticamente mejores notas en el SAT que los estudiantes negros o hispanos. La palabra hispano (hispanic) se usa con el mismo significado que en Estados Unidos: un término mitad étnico y mitad cultural (más que racial) que incluye a mejicanos, puertorriqueños, colombianos, etc. Se recuerda que individuos de estos grupos nacionales pueden variar desde rubios de ojos azules de origen europeo, hasta mestizos, negros o indios.
La ayuda financiera para los estudiantes de post-grado es harina de otro costal. La universidad no tiene el capital para conceder ayuda financiera a todos los estudiantes admitidos. Nos centramos en el área de ciencias físicas y biológicas. Si el estudiante obtiene una beca externa a la universidad, esto le resuelve la situación. En caso contrario, un estudiante extranjero o americano tiene que pagarse el primer año de los estudios de post-grado. Después del primer año, se consigue una beca que cubre la totalidad de los costes. Estas becas las conceden directamente los profesores del departamento y requieren un trabajo de 6 a 10 horas por semana como ayudantes en clases o laboratorios de licenciatura. Para obtener estas becas, es condición necesaria y suficiente haber obtenido buenas notas en el primer curso, lo cual es casi una certeza porque, en primer lugar, el estudiante ha sido seleccionado por la universidad y, en segundo lugar, éste no paga 6 millones por un año académico para hacer turismo.
El capital de Chicago. El capital de la universidad asciende a $3,8 mil millones, unos mil millones menos que el de Stanford y muy inferior al de Harvard (unos $19 mil millones).
El capital se nutre explícitamente de donaciones destinadas al mismo. El capital se invierte, parte en acciones y parte en bonos; los responsables de las inversiones tienen la obligación de conservar o aumentar el capital, utilizando sólo una parte de su renta, de forma que sea un recurso permanente. Las campañas de recaudación de fondos son de dos tipos distintos: las que solicitan dinero para gastos operativos, como ayuda financiera a los estudiantes, proyectos de investigación, etc., o las que piden dinero destinado a aumentar el capital de la universidad.
Ingresos y gastos. El presupuesto regular de la universidad ascendía a $880 millones en el curso académico 2000-2001, en el que el total de estudiantes asciende a 12.500. Este presupuesto no incluye los fondos destinados a la investigación, los cuales se elevaban a $258 millones. Los fondos para la investigación, como en las otras universidades privadas, nunca están asegurados. Deben ser recaudados por los responsables académicos, desde los decanos de las facultades hasta los jefes de departamento y profesores individuales.
Estos fondos se solicitan y se recaudan tanto del gobierno como de la industria privada, y de los ex-alumnos, en campañas que no cesan nunca.
Algunos de los investigadores que ganaron el premio Nóbel por trabajos realizados en la Universidad de Chicago desde su fundación son los siguientes:
Albert A. Michelson (Física 1907) por el diseño y construcción del interferómetro, un instrumento óptico de precisión, con aplicaciones en espectroscopia y con el cual pudo medir con gran exactitud varias constantes físicas importantes.
Willard Libby (Química 1960) por el descubrimiento del método del carbono 14 para la determinación de la edad de objetos arqueológicos, de minerales en geología, y que se usa también en otras aplicaciones científicas.
Charles Huggins (Medicina 1966) por sus descubrimientos relativos al tratamiento hormonal del cáncer.
Subramanyan Chandrasekhar (Física 1983). Otro de los físicos distinguidos del siglo XX. Su premio Nóbel le fue concedido por sus estudios teóricos sobre la estructura y evolución de las estrellas. Formuló la hipótesis de los agujeros negros en los años 30, y en los 40 hizo contribuciones esenciales a la teoría de la transmisión de la luz en atmósferas planetarias y estelares.
La investigación en economía en Chicago merece mención aparte, puesto que es quizás la universidad más prominente en esta disciplina. Los premios Nóbel son numerosos y sólo mencionamos algunos:
Milton Friedman (1976), líder de la llamada escuela de Chicago. Ganó el premio Nóbel por su trabajo sobre la historia y teoría monetarista, y por su demostración de la complejidad de la política de estabilización.
Theodore Schultz (1979) por sus investigaciones sobre el desarrollo económico con énfasis especial en los países en vías de desarrollo.
George Stigler (1982) por sus estudios sobre estructuras industriales, mercados y las causas y los efectos de la regulación pública.
Gary Becker (1992) por sus análisis microeconómicos y sus repercusiones en una amplia gama de comportamientos e interacciones humanas.
James Heckman (2000) por su teoría y métodos de análisis de muestras selectivas.
Folklore. En la sección introductoria anterior se ha descrito la historia de la fundación de la universidad por Rockefeller. Aquí sólo daremos algunos detalles sobre la génesis de la excelencia de la institución, eligiendo el departamento de física como ejemplo. William Harper, el investigador bíblico elegido por Rockefeller como primer presidente de la universidad, inició su creación seleccionando a los mejores profesores de la época.
En 1893, en el segundo año de la universidad, Harper contrató a Michelson, el científico americano más prominente de la época, para organizar el departamento de física. Michelson a su vez contrató a Robert Millikan y Arthur Compton. Los tres ganarían más tarde el premio Nóbel. Millikan es famoso por su experimento con gotas de aceite en una cámara de niebla en el que midió con gran exactitud la carga del electrón. Compton descubrió la naturaleza cuántica de la dispersión de los rayos X y se dedicó posteriormente al estudio de los rayos cósmicos.
El departamento tuvo un tamaño reducido hasta el comienzo de la segunda guerra mundial, manteniendo el énfasis en el trabajo experimental iniciado por sus profesores pioneros. La física teórica creció en importancia durante la guerra y el departamento atrajo a varios teóricos entre los que se encontraban Robert Millikan, Maria Goeppert-Mayer y S. Chandrasekhar, todos los cuales ganaron el premio Nóbel. Se llega ya a la época dorada de Enrico Fermi el cual, en 1946 al terminar la guerra, se incorpora como profesor de física. Fermi ocupa un papel único en la historia de la física (el último físico universal) por sus contribuciones tanto teóricas como experimentales. Varios premios Nóbel posteriores, tanto en física teórica como experimental, se deben directamente a la influencia de Fermi: Tsung-Dao Lee y Cheng Ning Yang, Owen Chamberlain, Maria Goeppert-Mayer y Murray Gell-Man.
Fermi murió a los 53 años en 1954 de cáncer de estómago. Como anécdota de interés, antes de su temprana muerte había mostrado su inquietud por la poca cuantía monetaria de su futura pensión. Un país agradecido le colmó de premios y honores, en vida y después de muerto. Recibió la Medalla del Mérito del Congreso y fue el primer recipiente del premio Enrico Fermi del Departamento de Energía (dotado con $50.000) por sus contribuciones en el proyecto Manhattan. La universidad cambió el nombre del Instituto de Estudios Nucleares a Instituto Enrico Fermi, y el gran Laboratorio Nacional de Aceleradores se rebautizó como Laboratorio Nacional de Aceleradores Fermi (Fermilab).
El primer director del Fermilab (1967-1978), Robert R. Wilson, dedicó el laboratorio a la excelencia científica, belleza estética, gestión del medio ambiente y a la igualdad de oportunidades. El laboratorio ocupa una extensión de 28 km2 y está situado a una hora de Chicago. Eran originalmente terrenos agrícolas y Wilson decidió establecer una manada de bisontes (asociados en la imaginería popular con la frontera del Oeste), como símbolo de la presencia del laboratorio en las fronteras de la física de alta energía. La manada sigue allí y Wilson está enterrado en el Cementerio de Pioneros, situado en los terrenos del laboratorio, que data de 1839.
¿Cuál es el interés de todo esto en el contexto español? Muy claro. Las instituciones de excelencia se crean poniendo a individuos idóneos al frente de las mismas, y luego dándoles un poder y autonomía totales para desarrollarlas y gestionarlas, sujetos por supuesto a criterios estrictos de responsabilidad en el logro de sus objetivos propios y no a criterios políticos. Si los líderes así elegidos no dan la talla, se cambian y se nombran otros. El proceso de selección del personal en las universidades e instituciones científicas, por definición, no es democrático sino meritocrático. A Michelson, Millikan, Compton, Fermi, etc., no se les elige por métodos democráticos ni por concurso ni por oposiciones: simplemente la comunidad científica sabe quiénes son los mejores de entre ellos en las distintas áreas, y se les ofrece el puesto. Y los políticos con el poder pueden asesorarse y averiguar quiénes son estos individuos y nombrarlos, es su trabajo. Lo que no funciona es el método español (napoleónico y centralizado) de que un equipo ministerial cree unos reglamentos burocráticos y arcanos con los que todas las universidades por igual tienen que elegir a los rectores y seleccionar a los profesores. Es cada universidad, de forma totalmente autónoma, la que tiene que elaborar sus propios estatutos y procedimientos. Si no funciona, se le aplica el tercer grado, es decir, se le reduce o elimina el presupuesto. ¿Qué reglamento general habría contemplado una manada de bisontes en un laboratorio de física de alta energía?
En particular, para crear una nueva institución, no se puede partir de estatutos ni de reglamentos, sino de objetivos claros y de individuos idóneos de carne y hueso. Esta es la lección de la historia: un ejemplo es la selección de J. Robert Oppenheimer por el Presidente Roosevelt como director-fundador del Laboratorio de Los Alamos para construir la bomba atómica, con poder absoluto para seleccionar al personal;[6] otro es la elección de William Harper por Rockefeller para crear la Universidad de Chicago, con el mismo poder absoluto para nombrar a los profesores.
Citamos ahora algunos ex-alumnos notables de Chicago:
Edwin Hubble, SB 1910, PhD 1917, cosmólogo y teórico del bing-bang; el telescopio en órbita ha sido nombrado en su honor.
Paul Samuelson, AB 1935, premio Nóbel de economía.
Luis Alvarez, SB ’32, SM ’34, PhD ’36, premio Nóbel de Física por sus descubrimientos sobre partículas elementales utilizando la cámara de burbujas de hidrógeno. Experimentalista polifacético, trabajó en MIT en un proyecto de radar a principios de la guerra; luego, transferido a Los Alamos, diseñó los detonadores de las bombas de plutonio. Mas tarde inventó y patentó un sistema automático de aterrizaje controlado por radar. Al final de su vida, se quejaba de no haber sido compensado económicamente por sus descubrimientos y dedicó parte de su tiempo a tratar de desarrollar con fines de lucro un trazador nuclear adecuado para detectar explosivos en equipajes.
David Rockefeller, PhD 1940, antiguo Presidente del Chase Manhattan Bank, nieto preferido del fundador.
Carl Sagan, SB ’54, SM ’55, PhD ’60, astrónomo, autor divulgador y creador del laboratorio de estudios planetarios de la Universidad de Cornell.
James Watson, SB 1947, premio Nóbel de Medicina, co-descubridor de la estructura de doble hélice del ADN.
Algunos de los profesores notables ya han sido citados anteriormente. Aquí damos algunos detalles complementarios de interés humano:
Enrico Fermi (premio Nóbel de Física 1938). Uno de los físicos mas famosos del siglo XX, ganó el premio Nóbel por el descubrimiento de nuevos elementos radiactivos producidos por la irradiación con neutrones lentos de diversos elementos, tanto ligeros como pesados. Nacido y formado en Italia, este trabajo lo realizó en la universidad de Roma en la mitad de los años 30, en donde era catedrático de Física Teórica. Aprovechó la ocasión de ir a Estocolmo para recibir el Nóbel, para emigrar a Estados Unidos junto con su familia, una decisión deliberada y motivada por su oposición al fascismo de Mussolini. Con justicia, Chicago considera a Fermi una de sus figuras más ilustres, porque el dos de diciembre de 1942 logró la primera reacción de fisión nuclear en cadena de la historia, la cual abrió el camino a la construcción de la bomba atómica. Este hito tuvo lugar en una cancha cubierta de squash situada debajo de los graderíos del estadio de la universidad, en donde se había ensamblado la primera “pila atómica” de uranio y grafito de acuerdo con las especificaciones de Fermi.
Subramanyan Chandrasekhar (premio Nóbel de Física 1983). Físico indio nacido en 1910 en la India Británica. Obtuvo su licenciatura en física en 1930 en el Presidency College de Madrás. Consiguió una beca de la Universidad de Cambridge, en donde obtuvo su PhD en 1933. Fue nombrado fellow del Trinity College de Cambridge para el período 1933-1937. Como resultado de una breve estancia en Harvard, en enero de 1937 le fue ofrecido un puesto en la universidad de Chicago, en donde permaneció el resto de su vida. Su premio Nóbel le fue concedido por sus estudios teóricos sobre la estructura y evolución de las estrellas.
Milton Friedman (premio Nóbel de economía 1976). Fundador de la escuela monetarista de Chicago, ultraliberal y partidario extremo del libre mercado, representa la antítesis de Keynes. La rivalidad académica con los seguidores de Keynes ha sido una constante de su vida. Un seguidor famoso de Keynes, el profesor Galbraith de Harvard, se refiere a Friedman siempre con sorna: en una ocasión afirmó que, según Friedman, los servicios municipales de recogida de basuras constituyen un atentado inaceptable contra la libertad individual (deberían ser privados). Cuando Nehru estaba diseñando su segundo plan quinquenal de desarrollo, pidió ayuda a Eisenhower; éste le ofreció los servicios de Friedman, y Galbraith comentó: “pedir a Friedman que asesore en la planificación económica es como pedir al Santo Padre que asesore en el funcionamiento de una clínica de control de la natalidad.”[7] Más seriamente, en su libro A Monetary History of the United States, 1867-1960, un clásico publicado en 1963 (con Anna Schwartz como co-autora),[8] Friedman y Schwartz fueron los primeros en postular que la causa principal de la Gran Depresión de los años 30 fue la política de altos tipos de interés seguida por el Banco de Reserva Federal (Federal Reserve Bank, conocido en España coloquialmente como la Fed). Este subió los tipos en 1928, un año antes del crash de la bolsa de 1929; pero lo peor fue que no los bajó durante casi cuatro años después del crash. La razón de esta política monetarista era mantener el patrón de oro, es decir, el tipo fijo de cambio del dólar con respecto al oro, política seguida entonces por las naciones más ricas. Aunque esta hipótesis fue discutida durante mucho tiempo, en la actualidad es aceptada por la mayoría de los economistas.
Fue fundada en 1891 por John D. Rockefeller y celebró sus primeras clases en octubre de 1892, un año después de Stanford. Es preciso conocer el entorno social de la época, porque es cuando nace la filantropía científica, es decir, sistemática, una tradición esencial en la cultura americana que, no sólo ha durado hasta el presente, sino que se ha fortalecido de forma continua. El origen de las universidades privadas modernas está firmemente entroncado en esta tradición.
En la época cumbre del capitalismo del laisser-faire, a finales del siglo XIX, se habían hecho unas fortunas inimaginables. Algunos de los potentados construyeron palacios de verano en Newport, Rhode Island, de un lujo extravagante (“summer cottages” les llamaron). Los Vanderbilt emplearon $11 millones de entonces ($170 millones de 1996) en construir y amueblar el suyo. En una noche memorable, el salón de baile del palacio de los Vanderbilt resplandecía con los uniformes de un histórico regimiento inglés y con las condecoraciones del cuerpo diplomático. Pero no había ningún oficial inglés ni ningún diplomático: se trataba de un grupo de actores contratados por la mujer de Vanderbilt para complacer a su marido, el cual se había vuelto loco y creía ser el Príncipe de Gales. Cuando el cuñado del zar Nicolás II visitó Newport, confesó que nunca había imaginado que tal lujo pudiera existir.[1]
Pero no todos los potentados fueron iguales. John D. Rockefeller, el más rico de todos, fue un hombre muy complejo. En la expresión de su biógrafo, Chernow, fue “una mezcla poco plausible de pecado y santidad”.[2] En sus años de capitán de empresa, como fundador de Standard Oil, fue un enemigo acérrimo del sindicalismo (actitud generalizada entre los empresarios de la época), e implacable en la lucha con sus competidores, hasta lograr que Standard Oil monopolizara la industria del petróleo. De convicciones religiosas profundas (era baptista evangélico) despreció siempre la ostentación, nunca tuvo un yate, ni caballos purasangre, ni vida de sociedad. Construyó varias mansiones, en las que disfrutaba de la vida familiar y de su afición al golf. A lo largo de su vida había hecho obras de caridad que controlaba personalmente. Pero a medida que su fortuna fue creciendo hasta convertirlo en el hombre más rico del mundo, se dio cuenta de que con las obras de caridad personales no podía conseguir nada importante. Se retiró de la dirección de Standard Oil y de sus otros negocios a los 58 años, y durante los 40 años de su retiro se dedicó de lleno a la filantropía. Creó la filantropía científica (sus palabras), es decir, la planificación y ejecución sistemática de la misma utilizando organizaciones centralizadas de control con métodos administrativos y de gestión análogos a los de una empresa.
Otro potentado contemporáneo de Rockefeller, Dale Carnegie, inmigrante escocés y fundador de United States Steel, publicó un ensayo titulado “Riqueza” que alcanzó una gran influencia, tanto en Estados Unidos como en Inglaterra. Carnegie postuló que había que poner fin al capitalismo salvaje y al abismo existente entre los grandes empresarios y los trabajadores oprimidos. Para distribuir los beneficios económicos alcanzados, argumentó que los ricos deberían donar en vida la mayor parte de su dinero a causas nobles, y evitar de esta forma que las fortunas fueran malgastadas por herederos ociosos. Dejó una frase memorable: “el que muere rico muere en desgracia”. Fiel a su palabra, de los $400 millones de su fortuna, donó $350 millones a obras filantrópicas, entre las que destaca la construcción de 2.800 bibliotecas públicas en Estados Unidos, Inglaterra, Europa, Africa, y Fiji. Dejó $20 millones para una fundación para la paz, y otros $30 millones para garantizar rentas vitalicias a personas que habían estado a su servicio, amigos, etc. Rockefeller fue muy influenciado por el ejemplo de Carnegie y, cuando se inauguró la primera biblioteca Carnegie en Pittsburg en 1896, le envió su felicitación: “... puedes estar seguro de que tu ejemplo dará fruto y que en el futuro los hombres con grandes fortunas estarán dispuestos a utilizarlas para el bien del prójimo”.[3]
El lector interesado puede consultar a Chernow para informarse del lado oscuro de la vida de Rockefeller, como el monopolio de Standard Oil y su disolución por la justicia; su anti-sindicalismo feroz, causa indirecta de la masacre de Ludlow, Colorado, en 1914, cuando dos mujeres y once niños fueron asfixiados por el humo del incendio de la tienda de campaña en la que estaban escondidos, tragedia ocurrida en medio de un enfrentamiento armado durante una huelga de mineros, los cuales habían sido expulsados de las viviendas de la compañía minera controlada por Rockefeller.
Nuestro objetivo es señalar las lecciones que pueden aprenderse de la filantropía de Rockefeller en relación con la organización de las universidades e investigación españolas. La lección fundamental dada por Rockefeller es muy simple: las universidades y la investigación científica pueden organizarse y funcionar con eficacia poniendo a su frente a individuos idóneos e íntegros, sujetos a controles rigurosos de responsabilidad, pero de otro modo dejándoles una libertad absoluta de acción y de gestión. El genio de Rockefeller fue encontrar a estos individuos, con bastante éxito en la mayoría de los casos. Las actividades e instituciones filantrópicas creadas por Rockefeller han sido un motor preeminente de desarrollo en el siglo XX en todo el mundo.
El alma y el guía director de las obras filantrópicas de Rockefeller fue un pastor baptista, Frederick Gates, contratado a los 35 años para ponerse al frente de un proyecto de construcción de una universidad baptista en Chicago. Rockefeller fue un devoto baptista toda su vida. El método de Rockefeller fue actuar siempre en un segundo plano sin ningún protagonismo, confiando siempre de forma absoluta en el juicio y las recomendaciones de Gates. No es que las aceptara siempre de inmediato, lo típico era que Gates proponía algo y Rockefeller se lo pensaba durante un tiempo, a veces años, antes de abrir la bolsa; al principio, siempre de forma parsimoniosa, pero cuando la actividad proporcionaba resultados claros, el dinero de Rockefeller se liberaba a raudales. Exactamente lo mismo que debe hacer cualquier gobierno. Apoyar a las instituciones que producen resultados y eliminar a las estériles.
La historia de la fundación de la Universidad de Chicago es muy interesante por los problemas y conflictos causados por su primer presidente, William Harper. Este había obtenido su doctorado (PhD) a los 18 años, y cuando fue elegido para crear y dirigir la nueva universidad tenía 36 años y era profesor de estudios bíblicos en un seminario baptista.
La integridad y vocación de Harper para crear una gran institución que durara hasta el fin de los tiempos fueron absolutas. Los conflictos y los problemas surgieron al suponer, como así fue, que Rockefeller, una vez comenzada la empresa, no tenía mas remedio que abrir el talonario y pagar todos los gastos que surgiesen. Harper quiso construir en el tiempo más breve posible una gran universidad que compitiera con las mejores. Ignorando las advertencias de Gates, construía edificios, creaba facultades nuevas y contrataba a los mejores profesores, sin prestar atención al presupuesto, forzando a Rockefeller a cubrir los déficit al final de cada ejercicio. Esto iba exactamente en contra de los principios y filosofía de Rockefeller, el cual quería que la sociedad civil de Chicago se hiciera co-responsable de la financiación de la universidad. La política de hechos consumados de Harper no hizo posible esta opción, ya que la sociedad civil juzgó que la universidad era un proyecto favorito de Rockefeller para satisfacer a su ego. Finalmente en 1897, agotada su paciencia, Rockefeller convocó a la Junta de Gobierno de la universidad y reprobó duramente a Harper. Exigió que en adelante todos los gastos tendrían que ser sometidos a su aprobación previa. La relación padre-hijo que había existido entre Rockefeller y Harper se vio gravemente afectada. Harper siguió al frente de la universidad hasta su muerte de cáncer en 1906, 14 años después de su inauguración.
Rockefeller rindió homenaje a Harper reconociendo que, a pesar de su irresponsabilidad fiscal, en poco más de 10 años había creado una universidad del mismo calibre que Harvard o Yale. Anunció la construcción de una nueva biblioteca en el campus en su memoria, y creó un fondo de $100.000 para proveer a su viuda con una renta vitalicia.
Fue Gates quién reconoció primero la necesidad de que Rockefeller terminase toda relación con la universidad, para que ésta pudiese alcanzar la independencia total y su desarrollo pleno. En 1908 convenció primero al hijo de Rockefeller, John Jr., el cual empezó a tratar el tema con su padre, sugiriéndole una última donación de $10 millones antes de cortar las amarras para siempre. Empleó dos años en convencerlo y en 1910 Rockefeller entregó su última donación de $10 millones, elevando el importe total de sus donaciones a $35 millones, unos $540 millones de 1996. En una carta de despedida a la Junta de Gobierno escribió: “Es mucho mejor que la universidad sea soportada por las contribuciones de muchos y no por las de una sola persona ... Esta gran institución pertenece al pueblo y debe ser controlada, gobernada y financiada por el pueblo.”[4] Entre 1910 y 1932, diversas obras filantrópicas de los Rockefeller donaron $41 millones más. Pero Rockefeller había introducido el concepto de que el benefactor era el fundador, pero no el dueño ni quién ejercía el control. La no injerencia de Rockefeller fue reconocida por la Junta de Gobierno en su reunión de 1910 al declarar: “El Sr. Rockefeller nunca sugirió el nombramiento o el despido de ningún profesor. Cualesquiera que fueran las opiniones expresadas por miembros de la facultad, él nunca manifestó ni su asentimiento ni su desaprobación.”[5]
Gobierno de la universidad. Los estatutos establecen un único órgano de gobierno, la Junta de Gobierno (Board of Trustees) integrada por un máximo de 45 miembros. Esta Junta se perpetúa a si misma en el tiempo. Se reúne cuatro veces al año, y en la última reunión elige a nuevos miembros para llenar las vacantes dejadas por los miembros cuyo mandato ha expirado. El mandato de los miembros de la junta es de cinco años. Las elecciones se han organizado de tal forma que cada año se renueva aproximadamente un quinto de los miembros, para asegurar la continuidad. Se puede ser miembro de la junta por un máximo de 15 años.
La junta está presidida por el chairman, debajo del cual está el presidente de la universidad y el provost (vicepresidente ejecutivo para asuntos académicos), y otros ejecutivos. La autoridad ejecutiva de la Junta de Gobierno es ejercida por el comité ejecutivo, integrado por el chairman, el presidente de la universidad, y por otros 10 miembros, elegidos por mayoría simple por los miembros de la Junta de Gobierno. El Chairman de la Junta de Gobierno es también chairman del comité ejecutivo. Lo sorprendente del gobierno de la universidad es que, en principio, el chairman y el presidente de la universidad son elegidos para un solo año. En la nueva reunión al cabo de un año, la junta puede por supuesto reelegir de nuevo a los mismos miembros del comité ejecutivo (chairman, presidente, etc.). Esto da a la junta la posibilidad de deshacerse fulminantemente de algún miembro del comité ejecutivo por cualquier razón que estime oportuna.
El presidente tiene por otra parte las mismas responsabilidades académicas y de gestión que los de otras universidades. El chairman no es un empleado de la universidad (no cobra) mientras que el presidente, el provost, los vicepresidentes, etc., sí lo son.
Los profesores. El primer escalón de la carrera docente corresponde al puesto de assistant professor. Este es nombrado por un período de tres o cuatro años; en el último año de su contrato, su departamento tiene que proponer al decano de la facultad correspondiente su renovación como asistant professor por un segundo período de tres o cuatro años, o su no renovación. En caso de renovación, en el último año de su nuevo contrato (trascurridos seis o siete años desde su primer nombramiento), el departamento propone al decano su ascenso al puesto de associate professor, lo cual es ya un nombramiento vitalicio, o su no renovación. En todos los casos de no renovación, los profesores tienen que abandonar la universidad. Estas son las reglas de juego establecidas por la Junta de Gobierno y aceptadas por todos: no hay apelación.
Lo que está claro es el que el departamento nunca tiene el poder de nombrar a los profesores. Elevan sus propuestas al decano, el cual decide. Pero a su vez la decisión del decano tiene que ser aprobada por el provost y, por último, por el presidente.
Los nombramientos a puestos vitalicios por traslado de otras universidades, o el ascenso a la categoría máxima de full professor se rigen por el mismo procedimiento.
Esto contrasta con el sistema español en el que también hay reglas de juego, pero en el que en muchos casos no se cumplen. Se considera que cuando un profesor no titular ha estado asociado con una universidad por un período de tiempo largo, la universidad tiene una obligación moral de solucionarle de algún modo su situación laboral. Esto puede resolver problemas individuales, pero hace imposible que la universidad sea un centro de excelencia, y es el bien general de la sociedad el que sale perjudicado. La situación sería mucho más fácil si el período de permanencia de profesores no titulares se limitara por norma de forma inapelable: o asciendes a profesor titular en dicho periodo o a la calle.
En los estatutos de la universidad de Chicago se establece de forma clara y tajante que todos los profesores vitalicios están sujetos a despido por bajo rendimiento o por razones disciplinarias. Antes de que el despido tenga lugar, el profesor debe ser informado de los cargos que se le imputan y tiene el derecho de dimitir (para evitar el estigma de la expulsión en su historial), o a que su caso sea examinado por un comité de profesores. Este comité es nombrado por el presidente y debe elevarle un informe en un plazo prescrito. Si no lo hace, el presidente puede tomar la acción que estime apropiada. El presidente puede también rechazar las recomendaciones del comité, aunque en este caso está obligado a informar al mismo de sus razones.
El número total de profesores en la universidad es del orden de 2.100, y el de estudiantes de 12.500 (de licenciatura y post-graduados).
Para comparar con Harvard y con Stanford, damos los datos sobre los catedráticos en activo del departamento de física de Chicago. Este tiene 30 catedráticos, de los cuales 29 (el 97%) obtuvieron sus doctorados en otras universidades.
Los porcentajes de los catedráticos de física que obtuvieron el doctorado en la misma universidad de su cátedra son: Harvard, 39%; Stanford, 13%; Chicago, 3%. Debe notarse que no todos estos catedráticos permanecieron de forma continua en la misma universidad después de haber hecho el doctorado. El mensaje es claro: no se aprecia endogamia.
Los alumnos. El número total de estudiantes en el año académico 2000-2001 fue de 12.448, de los cuales 3.904 eran estudiantes de licenciatura (college), y 8.544 eran estudiantes de post-grado. Debemos recordar que la fuerza principal de las universidades americanas reside en los estudios de post-grado, en donde prima la investigación en las disciplinas “duras” (física, matemáticas, química, astronomía, ingeniería, etc.) o los estudios profesionales (derecho, medicina, administración de empresas, etc.). El nivel de los estudios de post-grado es el más alto del mundo, por esto la inmensa mayoría de los estudiantes extranjeros hacen estudios de post-grado. Este nivel sólo puede alcanzarse, entre otras cosas, por una característica esencial: todos los estudiantes de post-grado tienen obligatoriamente dedicación exclusiva. El tener un empleo a tiempo parcial y tratar de compaginarlo con estudios de post-grado no está permitido y, además, es imposible; simplemente esto no existe.
El coste de un año académico en el college es del orden de $34.000, algo más de 6 millones de pesetas. Esto incluye $2.000 para “gastos personales” y libros. Al vivir en el campus y no tener que pagar transporte, los gastos personales pueden reducirse casi hasta cero, si así se quiere. Como en Harvard y Stanford, la política de admisiones no tiene en cuenta la situación económica de la familia del candidato. Primero se admite al candidato si tiene méritos suficientes, y luego se le concede un paquete de ayuda económica a medida. Sin entrar en excesivos detalles, para los estudiantes de familias más modestas, el importe de la ayuda asciende hasta los $29.000, distribuidos de la forma siguiente: $23.600 a fondo perdido, $3.800 de un préstamo pagadero a 10 años, y $1.600 por trabajo. La totalidad de los estudiantes de familias modestas que son admitidos reciben ayuda económica. Si se trata de estudiantes de familias de clase media alta con más de $100.000 de renta anual, cerca del 60% reciben ayuda económica por un importe de unos $12.000, distribuidos en promedio del modo siguiente: el 69% a fondo perdido, el 19% de un préstamo, y el 13% por trabajo. Estas últimas ayudas se conceden según las circunstancias familiares, si tienen otros hijos estudiando, si tienen gastos médicos extraordinarios crónicos, etc.
El hecho claro es que asistir a una universidad privada de élite supone un esfuerzo económico considerable por parte de las familias. La alternativa es ir a una universidad pública, algunas de las cuales como la Universidad de California en sus distintos campus (Berkeley, Los Angeles, etc.) son de un nivel equiparable al de las mejores universidades privadas. Como describiremos más adelante, las públicas son mucho más baratas.
La universidad ha revelado detalles concretos sobre el proceso de admisión al college, algo que todas las universidades de élite mantienen generalmente como materia reservada. El comité de admisiones de Chicago tiene 12 miembros, presididos por el decano de admisiones; este último título expresa la importancia crucial que las universidades confieren al proceso de admisiones en el college. En otoño de 1998, Chicago recibió siete solicitudes por cada una de las 1.011 plazas disponibles. Las solicitudes deben incluir los resultados de las pruebas objetivas nacionales SAT (scholastic aptitude test, prueba de aptitud escolar), las notas obtenidas en la escuela secundaria, un impreso de solicitud extenso en el que se plantean muchas preguntas de tipo diverso, informes escritos de los profesores de la escuela secundaria y, en algunos casos, se llega a una entrevista personal con el estudiante, realizada por algún miembro del comité de admisiones. La carpeta relativa a un solicitante puede llegar a incluir 20 o 30 páginas de información. La decisión sobre la admisión de un candidato no es enteramente mecánica, basada en los puntos obtenidos en el SAT y otros datos, sino que la personalidad del aspirante puede ser debatida por los miembros del comité. El resultado del proceso es que los candidatos más idóneos son admitidos en diciembre; a los dudosos se les comunica que tienen posibilidades de ser admitidos en primavera. Las reglas de juego es que un estudiante solicita su admisión en unas cinco universidades, y puede ser admitido en dos o tres, y luego elige la que prefiere.
En 1998, el promedio de puntos obtenidos en el SAT por los solicitantes de plaza en Chicago fue de 1370 (de un máximo de 1600); como dato curioso, se sabe que el presidente Bush obtuvo 1206 puntos y Al Gore 1335.
Recientemente, el presidente de la Universidad de California ha propuesto eliminar el SAT como requisito de ingreso. Aunque nada humano es perfecto, muchos educadores consideran que es una prueba objetiva a nivel nacional (las preguntas son formuladas por profesores de secundaria elegidos en todo el país), y la experiencia general es que los que obtienen buenos resultados en el SAT tendrán luego éxito en sus estudios universitarios. Desde que los SAT fueron introducidos en los años 60, han sido un mecanismo muy útil para fomentar el mérito como criterio de admisión, por encima de la situación económica de la familia del estudiante.
Es de interés señalar que los estudiantes blancos y asiáticos obtienen sistemáticamente mejores notas en el SAT que los estudiantes negros o hispanos. La palabra hispano (hispanic) se usa con el mismo significado que en Estados Unidos: un término mitad étnico y mitad cultural (más que racial) que incluye a mejicanos, puertorriqueños, colombianos, etc. Se recuerda que individuos de estos grupos nacionales pueden variar desde rubios de ojos azules de origen europeo, hasta mestizos, negros o indios.
La ayuda financiera para los estudiantes de post-grado es harina de otro costal. La universidad no tiene el capital para conceder ayuda financiera a todos los estudiantes admitidos. Nos centramos en el área de ciencias físicas y biológicas. Si el estudiante obtiene una beca externa a la universidad, esto le resuelve la situación. En caso contrario, un estudiante extranjero o americano tiene que pagarse el primer año de los estudios de post-grado. Después del primer año, se consigue una beca que cubre la totalidad de los costes. Estas becas las conceden directamente los profesores del departamento y requieren un trabajo de 6 a 10 horas por semana como ayudantes en clases o laboratorios de licenciatura. Para obtener estas becas, es condición necesaria y suficiente haber obtenido buenas notas en el primer curso, lo cual es casi una certeza porque, en primer lugar, el estudiante ha sido seleccionado por la universidad y, en segundo lugar, éste no paga 6 millones por un año académico para hacer turismo.
El capital de Chicago. El capital de la universidad asciende a $3,8 mil millones, unos mil millones menos que el de Stanford y muy inferior al de Harvard (unos $19 mil millones).
El capital se nutre explícitamente de donaciones destinadas al mismo. El capital se invierte, parte en acciones y parte en bonos; los responsables de las inversiones tienen la obligación de conservar o aumentar el capital, utilizando sólo una parte de su renta, de forma que sea un recurso permanente. Las campañas de recaudación de fondos son de dos tipos distintos: las que solicitan dinero para gastos operativos, como ayuda financiera a los estudiantes, proyectos de investigación, etc., o las que piden dinero destinado a aumentar el capital de la universidad.
Ingresos y gastos. El presupuesto regular de la universidad ascendía a $880 millones en el curso académico 2000-2001, en el que el total de estudiantes asciende a 12.500. Este presupuesto no incluye los fondos destinados a la investigación, los cuales se elevaban a $258 millones. Los fondos para la investigación, como en las otras universidades privadas, nunca están asegurados. Deben ser recaudados por los responsables académicos, desde los decanos de las facultades hasta los jefes de departamento y profesores individuales.
Estos fondos se solicitan y se recaudan tanto del gobierno como de la industria privada, y de los ex-alumnos, en campañas que no cesan nunca.
Algunos de los investigadores que ganaron el premio Nóbel por trabajos realizados en la Universidad de Chicago desde su fundación son los siguientes:
Albert A. Michelson (Física 1907) por el diseño y construcción del interferómetro, un instrumento óptico de precisión, con aplicaciones en espectroscopia y con el cual pudo medir con gran exactitud varias constantes físicas importantes.
Willard Libby (Química 1960) por el descubrimiento del método del carbono 14 para la determinación de la edad de objetos arqueológicos, de minerales en geología, y que se usa también en otras aplicaciones científicas.
Charles Huggins (Medicina 1966) por sus descubrimientos relativos al tratamiento hormonal del cáncer.
Subramanyan Chandrasekhar (Física 1983). Otro de los físicos distinguidos del siglo XX. Su premio Nóbel le fue concedido por sus estudios teóricos sobre la estructura y evolución de las estrellas. Formuló la hipótesis de los agujeros negros en los años 30, y en los 40 hizo contribuciones esenciales a la teoría de la transmisión de la luz en atmósferas planetarias y estelares.
La investigación en economía en Chicago merece mención aparte, puesto que es quizás la universidad más prominente en esta disciplina. Los premios Nóbel son numerosos y sólo mencionamos algunos:
Milton Friedman (1976), líder de la llamada escuela de Chicago. Ganó el premio Nóbel por su trabajo sobre la historia y teoría monetarista, y por su demostración de la complejidad de la política de estabilización.
Theodore Schultz (1979) por sus investigaciones sobre el desarrollo económico con énfasis especial en los países en vías de desarrollo.
George Stigler (1982) por sus estudios sobre estructuras industriales, mercados y las causas y los efectos de la regulación pública.
Gary Becker (1992) por sus análisis microeconómicos y sus repercusiones en una amplia gama de comportamientos e interacciones humanas.
James Heckman (2000) por su teoría y métodos de análisis de muestras selectivas.
Folklore. En la sección introductoria anterior se ha descrito la historia de la fundación de la universidad por Rockefeller. Aquí sólo daremos algunos detalles sobre la génesis de la excelencia de la institución, eligiendo el departamento de física como ejemplo. William Harper, el investigador bíblico elegido por Rockefeller como primer presidente de la universidad, inició su creación seleccionando a los mejores profesores de la época.
En 1893, en el segundo año de la universidad, Harper contrató a Michelson, el científico americano más prominente de la época, para organizar el departamento de física. Michelson a su vez contrató a Robert Millikan y Arthur Compton. Los tres ganarían más tarde el premio Nóbel. Millikan es famoso por su experimento con gotas de aceite en una cámara de niebla en el que midió con gran exactitud la carga del electrón. Compton descubrió la naturaleza cuántica de la dispersión de los rayos X y se dedicó posteriormente al estudio de los rayos cósmicos.
El departamento tuvo un tamaño reducido hasta el comienzo de la segunda guerra mundial, manteniendo el énfasis en el trabajo experimental iniciado por sus profesores pioneros. La física teórica creció en importancia durante la guerra y el departamento atrajo a varios teóricos entre los que se encontraban Robert Millikan, Maria Goeppert-Mayer y S. Chandrasekhar, todos los cuales ganaron el premio Nóbel. Se llega ya a la época dorada de Enrico Fermi el cual, en 1946 al terminar la guerra, se incorpora como profesor de física. Fermi ocupa un papel único en la historia de la física (el último físico universal) por sus contribuciones tanto teóricas como experimentales. Varios premios Nóbel posteriores, tanto en física teórica como experimental, se deben directamente a la influencia de Fermi: Tsung-Dao Lee y Cheng Ning Yang, Owen Chamberlain, Maria Goeppert-Mayer y Murray Gell-Man.
Fermi murió a los 53 años en 1954 de cáncer de estómago. Como anécdota de interés, antes de su temprana muerte había mostrado su inquietud por la poca cuantía monetaria de su futura pensión. Un país agradecido le colmó de premios y honores, en vida y después de muerto. Recibió la Medalla del Mérito del Congreso y fue el primer recipiente del premio Enrico Fermi del Departamento de Energía (dotado con $50.000) por sus contribuciones en el proyecto Manhattan. La universidad cambió el nombre del Instituto de Estudios Nucleares a Instituto Enrico Fermi, y el gran Laboratorio Nacional de Aceleradores se rebautizó como Laboratorio Nacional de Aceleradores Fermi (Fermilab).
El primer director del Fermilab (1967-1978), Robert R. Wilson, dedicó el laboratorio a la excelencia científica, belleza estética, gestión del medio ambiente y a la igualdad de oportunidades. El laboratorio ocupa una extensión de 28 km2 y está situado a una hora de Chicago. Eran originalmente terrenos agrícolas y Wilson decidió establecer una manada de bisontes (asociados en la imaginería popular con la frontera del Oeste), como símbolo de la presencia del laboratorio en las fronteras de la física de alta energía. La manada sigue allí y Wilson está enterrado en el Cementerio de Pioneros, situado en los terrenos del laboratorio, que data de 1839.
¿Cuál es el interés de todo esto en el contexto español? Muy claro. Las instituciones de excelencia se crean poniendo a individuos idóneos al frente de las mismas, y luego dándoles un poder y autonomía totales para desarrollarlas y gestionarlas, sujetos por supuesto a criterios estrictos de responsabilidad en el logro de sus objetivos propios y no a criterios políticos. Si los líderes así elegidos no dan la talla, se cambian y se nombran otros. El proceso de selección del personal en las universidades e instituciones científicas, por definición, no es democrático sino meritocrático. A Michelson, Millikan, Compton, Fermi, etc., no se les elige por métodos democráticos ni por concurso ni por oposiciones: simplemente la comunidad científica sabe quiénes son los mejores de entre ellos en las distintas áreas, y se les ofrece el puesto. Y los políticos con el poder pueden asesorarse y averiguar quiénes son estos individuos y nombrarlos, es su trabajo. Lo que no funciona es el método español (napoleónico y centralizado) de que un equipo ministerial cree unos reglamentos burocráticos y arcanos con los que todas las universidades por igual tienen que elegir a los rectores y seleccionar a los profesores. Es cada universidad, de forma totalmente autónoma, la que tiene que elaborar sus propios estatutos y procedimientos. Si no funciona, se le aplica el tercer grado, es decir, se le reduce o elimina el presupuesto. ¿Qué reglamento general habría contemplado una manada de bisontes en un laboratorio de física de alta energía?
En particular, para crear una nueva institución, no se puede partir de estatutos ni de reglamentos, sino de objetivos claros y de individuos idóneos de carne y hueso. Esta es la lección de la historia: un ejemplo es la selección de J. Robert Oppenheimer por el Presidente Roosevelt como director-fundador del Laboratorio de Los Alamos para construir la bomba atómica, con poder absoluto para seleccionar al personal;[6] otro es la elección de William Harper por Rockefeller para crear la Universidad de Chicago, con el mismo poder absoluto para nombrar a los profesores.
Citamos ahora algunos ex-alumnos notables de Chicago:
Edwin Hubble, SB 1910, PhD 1917, cosmólogo y teórico del bing-bang; el telescopio en órbita ha sido nombrado en su honor.
Paul Samuelson, AB 1935, premio Nóbel de economía.
Luis Alvarez, SB ’32, SM ’34, PhD ’36, premio Nóbel de Física por sus descubrimientos sobre partículas elementales utilizando la cámara de burbujas de hidrógeno. Experimentalista polifacético, trabajó en MIT en un proyecto de radar a principios de la guerra; luego, transferido a Los Alamos, diseñó los detonadores de las bombas de plutonio. Mas tarde inventó y patentó un sistema automático de aterrizaje controlado por radar. Al final de su vida, se quejaba de no haber sido compensado económicamente por sus descubrimientos y dedicó parte de su tiempo a tratar de desarrollar con fines de lucro un trazador nuclear adecuado para detectar explosivos en equipajes.
David Rockefeller, PhD 1940, antiguo Presidente del Chase Manhattan Bank, nieto preferido del fundador.
Carl Sagan, SB ’54, SM ’55, PhD ’60, astrónomo, autor divulgador y creador del laboratorio de estudios planetarios de la Universidad de Cornell.
James Watson, SB 1947, premio Nóbel de Medicina, co-descubridor de la estructura de doble hélice del ADN.
Algunos de los profesores notables ya han sido citados anteriormente. Aquí damos algunos detalles complementarios de interés humano:
Enrico Fermi (premio Nóbel de Física 1938). Uno de los físicos mas famosos del siglo XX, ganó el premio Nóbel por el descubrimiento de nuevos elementos radiactivos producidos por la irradiación con neutrones lentos de diversos elementos, tanto ligeros como pesados. Nacido y formado en Italia, este trabajo lo realizó en la universidad de Roma en la mitad de los años 30, en donde era catedrático de Física Teórica. Aprovechó la ocasión de ir a Estocolmo para recibir el Nóbel, para emigrar a Estados Unidos junto con su familia, una decisión deliberada y motivada por su oposición al fascismo de Mussolini. Con justicia, Chicago considera a Fermi una de sus figuras más ilustres, porque el dos de diciembre de 1942 logró la primera reacción de fisión nuclear en cadena de la historia, la cual abrió el camino a la construcción de la bomba atómica. Este hito tuvo lugar en una cancha cubierta de squash situada debajo de los graderíos del estadio de la universidad, en donde se había ensamblado la primera “pila atómica” de uranio y grafito de acuerdo con las especificaciones de Fermi.
Subramanyan Chandrasekhar (premio Nóbel de Física 1983). Físico indio nacido en 1910 en la India Británica. Obtuvo su licenciatura en física en 1930 en el Presidency College de Madrás. Consiguió una beca de la Universidad de Cambridge, en donde obtuvo su PhD en 1933. Fue nombrado fellow del Trinity College de Cambridge para el período 1933-1937. Como resultado de una breve estancia en Harvard, en enero de 1937 le fue ofrecido un puesto en la universidad de Chicago, en donde permaneció el resto de su vida. Su premio Nóbel le fue concedido por sus estudios teóricos sobre la estructura y evolución de las estrellas.
Milton Friedman (premio Nóbel de economía 1976). Fundador de la escuela monetarista de Chicago, ultraliberal y partidario extremo del libre mercado, representa la antítesis de Keynes. La rivalidad académica con los seguidores de Keynes ha sido una constante de su vida. Un seguidor famoso de Keynes, el profesor Galbraith de Harvard, se refiere a Friedman siempre con sorna: en una ocasión afirmó que, según Friedman, los servicios municipales de recogida de basuras constituyen un atentado inaceptable contra la libertad individual (deberían ser privados). Cuando Nehru estaba diseñando su segundo plan quinquenal de desarrollo, pidió ayuda a Eisenhower; éste le ofreció los servicios de Friedman, y Galbraith comentó: “pedir a Friedman que asesore en la planificación económica es como pedir al Santo Padre que asesore en el funcionamiento de una clínica de control de la natalidad.”[7] Más seriamente, en su libro A Monetary History of the United States, 1867-1960, un clásico publicado en 1963 (con Anna Schwartz como co-autora),[8] Friedman y Schwartz fueron los primeros en postular que la causa principal de la Gran Depresión de los años 30 fue la política de altos tipos de interés seguida por el Banco de Reserva Federal (Federal Reserve Bank, conocido en España coloquialmente como la Fed). Este subió los tipos en 1928, un año antes del crash de la bolsa de 1929; pero lo peor fue que no los bajó durante casi cuatro años después del crash. La razón de esta política monetarista era mantener el patrón de oro, es decir, el tipo fijo de cambio del dólar con respecto al oro, política seguida entonces por las naciones más ricas. Aunque esta hipótesis fue discutida durante mucho tiempo, en la actualidad es aceptada por la mayoría de los economistas.
la formacion del chase nation bank de j p margo chase
Washington Mutual (o WaMu; NYSE: WM) fue la asociación de caja de ahorros más grande de los Estados Unidos.[2] A pesar de su nombre, no era una cooperativa de ahorro y crédito, ya que dejó de ser una mutualidad en 1983. Se negociaba públicamente en la Bolsa de Nueva York. Fue adquirida por J.P. Morgan el 26 de septiembre de 2008.[3]
Las actividades principales de Washington Mutual eran el de proveer servicios financieros a los consumidores y pequeños negocios como cuenta de transacciones, prestamos hipotecarios, préstamo de consumo, banca de negocios, préstamos de negocios, servicios de seguros, servicios de tarjetas de créditos, bienes raíces comerciales hipotecarios y servicios de inversiones al consumidor.
Washington Mutual es el unico banco principal que sobrevive en Seattle después de que las fusiones de varios bancos en los años 1980 y 1990 terminaran en la independencia del Rainier Bank, Seafirst Bank, y Peoples National Bank, entre otros.
Al 30 de junio de 2006 Washington Mutual operaba más de 2,600 bancas minoristas, préstamos hipotecarios, banca comercial, servicios financieros y de oficinas. El 25 de septiembre de 2008, la Oficina de Supervisión de Instituciones de ahorro (OTS) anunció que iba a incautar WaMu y que vendería los depósitos y filiales a JPMorgan Chase.[4] Washington Mutual es el mayor hundimiento de un banco en la historia de EE.UU, el Gobierno, en lo que suponía la mayor intervención de un banco hasta ahora, se vio obligado a tomar el control de la entidad, que atesoraba 307.000 millones de dólares en activos, y acordar una venta de urgencia a JP Morgan.
Compra por J.P. Morgan [editar]
El 17 de septiembre de 2008 se anunció que Washington Mutual estaba siendo puesto en subasta por Goldman Sachs.[6] No obstante, el 26 de septiembre J.P. Morgan acordó comprar la firma por 1.900 millones de dólares: en total 2.300 oficinas y depósitos por importe de 143.000 millones de dólares.[3]
Actualmente los accionistas de Washington Mutual se encuentran inmersos en una batalla judicial contra JP Morgan Chase y la FDIC, debido a lo que consideran una adquisición injusta e ilícita de Washington Mutual. La juez Mary F. Walrath encargada del caso, aprobó el pasado día 29 de enero de 2010 la formación de un EC (Equity Committee) para la defensa de los accionistas y facilitar un acuerdo entre las partes. El proceso promete ser largo, a la vez que interesante.
Las actividades principales de Washington Mutual eran el de proveer servicios financieros a los consumidores y pequeños negocios como cuenta de transacciones, prestamos hipotecarios, préstamo de consumo, banca de negocios, préstamos de negocios, servicios de seguros, servicios de tarjetas de créditos, bienes raíces comerciales hipotecarios y servicios de inversiones al consumidor.
Washington Mutual es el unico banco principal que sobrevive en Seattle después de que las fusiones de varios bancos en los años 1980 y 1990 terminaran en la independencia del Rainier Bank, Seafirst Bank, y Peoples National Bank, entre otros.
Al 30 de junio de 2006 Washington Mutual operaba más de 2,600 bancas minoristas, préstamos hipotecarios, banca comercial, servicios financieros y de oficinas. El 25 de septiembre de 2008, la Oficina de Supervisión de Instituciones de ahorro (OTS) anunció que iba a incautar WaMu y que vendería los depósitos y filiales a JPMorgan Chase.[4] Washington Mutual es el mayor hundimiento de un banco en la historia de EE.UU, el Gobierno, en lo que suponía la mayor intervención de un banco hasta ahora, se vio obligado a tomar el control de la entidad, que atesoraba 307.000 millones de dólares en activos, y acordar una venta de urgencia a JP Morgan.
Compra por J.P. Morgan [editar]
El 17 de septiembre de 2008 se anunció que Washington Mutual estaba siendo puesto en subasta por Goldman Sachs.[6] No obstante, el 26 de septiembre J.P. Morgan acordó comprar la firma por 1.900 millones de dólares: en total 2.300 oficinas y depósitos por importe de 143.000 millones de dólares.[3]
Actualmente los accionistas de Washington Mutual se encuentran inmersos en una batalla judicial contra JP Morgan Chase y la FDIC, debido a lo que consideran una adquisición injusta e ilícita de Washington Mutual. La juez Mary F. Walrath encargada del caso, aprobó el pasado día 29 de enero de 2010 la formación de un EC (Equity Committee) para la defensa de los accionistas y facilitar un acuerdo entre las partes. El proceso promete ser largo, a la vez que interesante.
la bigrafia de david rockefeller
David Rockefeller, nacido el 12 de junio de 1915, es un célebre banquero estadounidense, patriarca de la conocida familia Rockefeller. Es el único hijo vivo de John D. Rockefeller Jr. y nieto del multimillonario magnate petrolífero John D. Rockefeller el fundador de Standard Oil. Sus cuatro hermanos, ya fallecidos fueron: Abby, John D. Tercero, Nelson, Laurance y Winthrop.
Primeros años [editar]
Nació en Nueva York, un 12 de junio de 1915 en el número 10 de la West Fifty-fourth Street, en una mansion de nueve plantas propiedad de su padre que, por aquel entonces era la residencia privada más grande de la ciudad. Posteriormente, el edificio se convertiría, gracias a la donación de la familia, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Su infancia trascurrió en la gran propiedad familiar de Pocantico, donde los Rockefeller recibían a visitantes honorables, como el Almiral Richard Byrd (cuyas expediciones a la Antártida fueron patrocinadas por su padre) o el conocido aviador Charles Lindbergh.[1]
En 1936 se graduó cum laude en la Universidad de Harvard y posteriormente realizó un año de estudios en la London School of Economics, la cual estaba fuertemente vinculada a la familia a través de su padre y de la fundación Rockefeller. Fue en esta escuela donde conoció por primera vez a John F. Kennedy, aunque ambos habían estudiado en Harvard, e incluso tuvo un breve noviazgo con su hermana Kathleen.[2] En 1940, obtuvo su doctorado en la Universidad de Chicago (creada por la familia en 1889) con una tesis que trataba sobre "Recursos en desuso y desperdicio económico". En ese mismo año, y con el fin de ganar experiencia en la administración central, se convirtió durante dieciocho meses en secretario del alcalde de Nueva York Fiorello La Guardia, puesto casi voluntario, ya que se le pagaba simbólicamente por sus servicios ("un dólar por año").
En 1943 se alistó en el ejército e ingresó en la Officer Candidate School, siendo promocionado a capitán en 1945. Durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió en Francia (hablaba francés con fluidez) y en el Norte de África dentro de la inteligencia militar, estableciendo unidades de inteligencia política y económica, mientras que al mismo tiempo prestaba sus servicios durante siete meses como agregado militar asistente en la Embajada de Estados Unidos de París. Durante este periodo, recurriría a contactos familiares en caso de ayuda, establecería sus propios vínculos y descubriría el alto potencial de la creación de contactos y enlaces.
Primeros años [editar]
Nació en Nueva York, un 12 de junio de 1915 en el número 10 de la West Fifty-fourth Street, en una mansion de nueve plantas propiedad de su padre que, por aquel entonces era la residencia privada más grande de la ciudad. Posteriormente, el edificio se convertiría, gracias a la donación de la familia, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Su infancia trascurrió en la gran propiedad familiar de Pocantico, donde los Rockefeller recibían a visitantes honorables, como el Almiral Richard Byrd (cuyas expediciones a la Antártida fueron patrocinadas por su padre) o el conocido aviador Charles Lindbergh.[1]
En 1936 se graduó cum laude en la Universidad de Harvard y posteriormente realizó un año de estudios en la London School of Economics, la cual estaba fuertemente vinculada a la familia a través de su padre y de la fundación Rockefeller. Fue en esta escuela donde conoció por primera vez a John F. Kennedy, aunque ambos habían estudiado en Harvard, e incluso tuvo un breve noviazgo con su hermana Kathleen.[2] En 1940, obtuvo su doctorado en la Universidad de Chicago (creada por la familia en 1889) con una tesis que trataba sobre "Recursos en desuso y desperdicio económico". En ese mismo año, y con el fin de ganar experiencia en la administración central, se convirtió durante dieciocho meses en secretario del alcalde de Nueva York Fiorello La Guardia, puesto casi voluntario, ya que se le pagaba simbólicamente por sus servicios ("un dólar por año").
En 1943 se alistó en el ejército e ingresó en la Officer Candidate School, siendo promocionado a capitán en 1945. Durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió en Francia (hablaba francés con fluidez) y en el Norte de África dentro de la inteligencia militar, estableciendo unidades de inteligencia política y económica, mientras que al mismo tiempo prestaba sus servicios durante siete meses como agregado militar asistente en la Embajada de Estados Unidos de París. Durante este periodo, recurriría a contactos familiares en caso de ayuda, establecería sus propios vínculos y descubriría el alto potencial de la creación de contactos y enlaces.
la histora de nelson a de rockefeller
Nacido en Bar Harbor, Maine, en el seno de una de las familias más ricas y conocidas del país. Dedicada a los negocios y la política. Nieto por línea paterna de John Davison Rockefeller, fundador de Standard Oil y considerado el hombre más rico del mundo en su época, y nieto por línea materna del senador Nelson Wilmarth Aldrich. De la compañía Standard Oil descenderían más tarde compañías como ExxonMobil o Chevron Corporation.
Tanto él como sus hermanos fueron criados para continuar la tradición familiar y hacer carrera en el mundo de los negocios o la política. Su hermano mayor, John, dedicaría su vida a la filantropía. Su hermano Winthrop se trasladaría a vivir a Arkansas, donde se convertiría en el primer gobernador republicano desde la Reconstrucción. David Rockefeller, sería presidente del Chase Manhattan Bank y uno de los referentes de la vida social y económica americana del último siglo. Laurence, otro de los hermanos, se casaría con la heredera del antiguo presidente de Northern Pacific Railway. Nelson se decidiría por la política.
Su sobrino Jay Rockefeller, hijo de John, es actualmente senador del Partido Demócrata por West Virginia. Ampliando así la influencia del clan más allá de un único partido. También otro de sus sobrinos, Winthrop Rockefeller Jr., fue candidato republicano fallido a la gobernación de Arkansas en las elecciones de 2006.
Su hijo, Michael Clark Rockefeller, desapareció durante una expedición en la región Asmat al sud-oeste de Nueva Guinea.
La familia como plataforma [editar]
Nelson Rockefeller se graduó en 1930 por la Dartmouth College y comenzó a trabajar en diferentes empresas y organizaciones filantrópicas de la familia. A la edad de 29 años fue presidente del Rockefeller Center. Utilizó ese cargo como plataforma de lanzamiento para una futura carrera política.
Hablaba español fluidamente, pues su familia era propietaria de más del 90% del petróleo de estados latinoamericanos como Venezuela, donde llegó a ser miembro de la junta directiva de Creole Petroleum Corporation, filial venezolana de Standard Oil que durante la segunda mitad de la década de 1940 llegó a ser la empresa más productora de petróleo en el mundo.[1] [2]
Viajó por diferentes países del continente realizando investigaciones culturales sobre arte precolombino y promoviendo los valores de la democracia a través de su organización. Se caracterizó por ser un patrón de las artes en la América Latina. Por ejemplo fue el quien por su paso por Colombia comisionó al Maestro Santiago Martínez Delgado para hacer el mayor lienzo al óleo de Latinoamérica, para el entonces Banco de Nueva York (hoy Citibank).
Fue también presidente del Museo de Arte Moderno de Nueva York a comienzos de la década de 1940.
Primeros pasos en política [editar]
Su carrera política se inicia cuando el presidente Franklin Delano Roosevelt lo nombra director de la Oficina de Asuntos Interamericanos, cargo que ocupó entre 1940 y 1944 y cuya principal función era promover las políticas de Roosevelt en los países Latinoamericanos para contrarrestar así la influencia de la Alemania nazi en la región.
Entre 1944 y 1945 fue asistente del secretario de Estado Edward Stettinius para Asuntos de América Latina y el Hemisferio Occidental. Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial encabezó la International Development Advisory Board, como parte del Programa de Cuatro Puntos del presidente Harry Truman para dar asistencia económica a países extranjeros.
Durante la Administración Eisenhower fue jefe del Comité sobre Reorganización Gubernamental del presidente (1953-1958), subsecretario de Sanidad, Educación y Bienestar (1953-1954), y asistente especial del presidente para Asuntos Exteriores (1954-1955).
Rockefeller participó en la creación de la American International Association y en el grupo de financieros que ideó la construcción del World Trade Center de Nueva York.
Tanto él como sus hermanos fueron criados para continuar la tradición familiar y hacer carrera en el mundo de los negocios o la política. Su hermano mayor, John, dedicaría su vida a la filantropía. Su hermano Winthrop se trasladaría a vivir a Arkansas, donde se convertiría en el primer gobernador republicano desde la Reconstrucción. David Rockefeller, sería presidente del Chase Manhattan Bank y uno de los referentes de la vida social y económica americana del último siglo. Laurence, otro de los hermanos, se casaría con la heredera del antiguo presidente de Northern Pacific Railway. Nelson se decidiría por la política.
Su sobrino Jay Rockefeller, hijo de John, es actualmente senador del Partido Demócrata por West Virginia. Ampliando así la influencia del clan más allá de un único partido. También otro de sus sobrinos, Winthrop Rockefeller Jr., fue candidato republicano fallido a la gobernación de Arkansas en las elecciones de 2006.
Su hijo, Michael Clark Rockefeller, desapareció durante una expedición en la región Asmat al sud-oeste de Nueva Guinea.
La familia como plataforma [editar]
Nelson Rockefeller se graduó en 1930 por la Dartmouth College y comenzó a trabajar en diferentes empresas y organizaciones filantrópicas de la familia. A la edad de 29 años fue presidente del Rockefeller Center. Utilizó ese cargo como plataforma de lanzamiento para una futura carrera política.
Hablaba español fluidamente, pues su familia era propietaria de más del 90% del petróleo de estados latinoamericanos como Venezuela, donde llegó a ser miembro de la junta directiva de Creole Petroleum Corporation, filial venezolana de Standard Oil que durante la segunda mitad de la década de 1940 llegó a ser la empresa más productora de petróleo en el mundo.[1] [2]
Viajó por diferentes países del continente realizando investigaciones culturales sobre arte precolombino y promoviendo los valores de la democracia a través de su organización. Se caracterizó por ser un patrón de las artes en la América Latina. Por ejemplo fue el quien por su paso por Colombia comisionó al Maestro Santiago Martínez Delgado para hacer el mayor lienzo al óleo de Latinoamérica, para el entonces Banco de Nueva York (hoy Citibank).
Fue también presidente del Museo de Arte Moderno de Nueva York a comienzos de la década de 1940.
Primeros pasos en política [editar]
Su carrera política se inicia cuando el presidente Franklin Delano Roosevelt lo nombra director de la Oficina de Asuntos Interamericanos, cargo que ocupó entre 1940 y 1944 y cuya principal función era promover las políticas de Roosevelt en los países Latinoamericanos para contrarrestar así la influencia de la Alemania nazi en la región.
Entre 1944 y 1945 fue asistente del secretario de Estado Edward Stettinius para Asuntos de América Latina y el Hemisferio Occidental. Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial encabezó la International Development Advisory Board, como parte del Programa de Cuatro Puntos del presidente Harry Truman para dar asistencia económica a países extranjeros.
Durante la Administración Eisenhower fue jefe del Comité sobre Reorganización Gubernamental del presidente (1953-1958), subsecretario de Sanidad, Educación y Bienestar (1953-1954), y asistente especial del presidente para Asuntos Exteriores (1954-1955).
Rockefeller participó en la creación de la American International Association y en el grupo de financieros que ideó la construcción del World Trade Center de Nueva York.
la historia de standard oli company
Es esos primeros años heroicos apareció una figura mítica para el negocio del petróleo, que ha traspasado los límites de la industria para convertirse en una especie de “leyenda”, conocida por todos. Era John David Rockefeller, el magnate de la Standard Oil. Dedicado a los negocios ya desde los 16 años, Rockefeller había montado una refinería junto a Maurice Clark en 1863. En febrero de 1865 Rockefeller compró a su socio su parte, pasando a poseer la mayor refinería de las treinta que había en Cleveland. J. D. R. era ya por aquel entonces un hombre rico, gracias a sus negocios anteriores. La Guerra Civil, con su necesidad de suministros, lo hizo aún más, lo que le permitió construir una segunda refinería. Rápidamente fue destinando todos los beneficios y el dinero que conseguía al nuevo negocio. En 1866 montaba una empresa en Nueva York para gestionar la distribución y exportación de su queroseno. Comenzaba así la que sería su arma del éxito empresarial: la integración vertical de las distintas actividades. Siguiendo esto, adquirió terrenos en los que obtener la madera para fabricar barriles, vagones cisterna para el transporte por ferrocarril, almacenes en Nueva York para guardar el producto y barcazas para su transporte por el río Hudson. Además, apoyado en una fuerte posición de tesorería, se mantuvo aislado de las presiones de los bancos. En 1867 se asoció con Henry Flagler, que fue quien ideó el sistema de transporte. Realizado con el mayor secreto, obtuvo sustanciosos beneficios por parte de las compañías, lo que le reportaba una situación de privilegio respecto a los competidores. De hecho, consiguió que las compañías de transporte les abonaran una cantidad cada vez que alguien distinto a ellos las utilizaba para el transporte de petróleo. La crisis de finales de los 60 debida a la sobrecapacidad, les llevó la idea de la necesidad de controlar la producción total de queroseno. Para ello, junto a otros tres hombres aumentaron capital, y fundaron el 10 de enero de 1870 la “Standard Oil” (Standard hacía referencia a que se garantizaba la calidad del petróleo proporcionado). Así, comenzaron la compra secreta de las refinerías de las Regiones Petrolíferas. El procedimiento a seguir, normalmente, era el siguiente: instalaban una refinería en teoría “independiente”, en la que bajaban los precios, llevando a la ruina a los competidores. Entonces iban adquiriendo en secreto a las demás. Con esta manera de funcionar, para 1879 la Standard Oil controlaba el 90% de la capacidad refinadora de EEUU. Aunque esto se realizaba en secreto (de hecho, la Standard no era oficialmente propietaria de la mayoría de las refinerías), el malestar fue en aumento, y se iniciaron varios procesos legales en diversos estados contra la entidad. No tuvieron éxito, o al menos no en un primer momento.
La Standard se organizó oficialmente como un trust a principios de los 80, con el fin de proteger los intereses familiares en caso de muerte. Esto fue así, porque hasta entonces eran los dueños de la Standard los que a título personal poseían las distintas compañías. A partir de entonces, comenzaron a integrarlas en la Standard Oil. Es importante observar que el éxito de la compañía no se debió al uso de la extorsión y el espionaje (o, al menos, no “solamente”). Uno de los principios básicos era ser el productor de más bajo coste, lo que les ponía en una situación de ventaja. También hay que destacar el eficaz modelo de gestión de una compañía que, por enorme, presentaba grandes dificultades para ello. El queroseno refinado por la Standard iluminaba gran parte de los EEUU y empezó a extenderse por el mundo, debido a la necesidad continua de ampliar mercados, surgida de la creciente producción norteamericana. Entró también en el negocio comercializador, controlando a mediados de los 80 alrededor del 80% de la comercialización del queroseno en EEUU. Y aunque en un principio se había visto la producción directa como un negocio excesivamente especulativo, la compañía también entró en él a finales de los 80, controlando en 1891 el 25% de la producción de todo el país. Sin embargo, este apabullante dominio creó muchas tensiones en la sociedad, y empezaron a lanzarse cada vez mayores acusaciones contra la Standard de actuaciones ilegales
Es esos primeros años heroicos apareció una figura mítica para el negocio del petróleo, que ha traspasado los límites de la industria para convertirse en una especie de “leyenda”, conocida por todos. Era John David Rockefeller, el magnate de la Standard Oil. Dedicado a los negocios ya desde los 16 años, Rockefeller había montado una refinería junto a Maurice Clark en 1863. En febrero de 1865 Rockefeller compró a su socio su parte, pasando a poseer la mayor refinería de las treinta que había en Cleveland. J. D. R. era ya por aquel entonces un hombre rico, gracias a sus negocios anteriores. La Guerra Civil, con su necesidad de suministros, lo hizo aún más, lo que le permitió construir una segunda refinería. Rápidamente fue destinando todos los beneficios y el dinero que conseguía al nuevo negocio. En 1866 montaba una empresa en Nueva York para gestionar la distribución y exportación de su queroseno. Comenzaba así la que sería su arma del éxito empresarial: la integración vertical de las distintas actividades. Siguiendo esto, adquirió terrenos en los que obtener la madera para fabricar barriles, vagones cisterna para el transporte por ferrocarril, almacenes en Nueva York para guardar el producto y barcazas para su transporte por el río Hudson. Además, apoyado en una fuerte posición de tesorería, se mantuvo aislado de las presiones de los bancos. En 1867 se asoció con Henry Flagler, que fue quien ideó el sistema de transporte. Realizado con el mayor secreto, obtuvo sustanciosos beneficios por parte de las compañías, lo que le reportaba una situación de privilegio respecto a los competidores. De hecho, consiguió que las compañías de transporte les abonaran una cantidad cada vez que alguien distinto a ellos las utilizaba para el transporte de petróleo. La crisis de finales de los 60 debida a la sobrecapacidad, les llevó la idea de la necesidad de controlar la producción total de queroseno. Para ello, junto a otros tres hombres aumentaron capital, y fundaron el 10 de enero de 1870 la “Standard Oil” (Standard hacía referencia a que se garantizaba la calidad del petróleo proporcionado). Así, comenzaron la compra secreta de las refinerías de las Regiones Petrolíferas. El procedimiento a seguir, normalmente, era el siguiente: instalaban una refinería en teoría “independiente”, en la que bajaban los precios, llevando a la ruina a los competidores. Entonces iban adquiriendo en secreto a las demás. Con esta manera de funcionar, para 1879 la Standard Oil controlaba el 90% de la capacidad refinadora de EEUU. Aunque esto se realizaba en secreto (de hecho, la Standard no era oficialmente propietaria de la mayoría de las refinerías), el malestar fue en aumento, y se iniciaron varios procesos legales en diversos estados contra la entidad. No tuvieron éxito, o al menos no en un primer momento.
La Standard se organizó oficialmente como un trust a principios de los 80, con el fin de proteger los intereses familiares en caso de muerte. Esto fue así, porque hasta entonces eran los dueños de la Standard los que a título personal poseían las distintas compañías. A partir de entonces, comenzaron a integrarlas en la Standard Oil. Es importante observar que el éxito de la compañía no se debió al uso de la extorsión y el espionaje (o, al menos, no “solamente”). Uno de los principios básicos era ser el productor de más bajo coste, lo que les ponía en una situación de ventaja. También hay que destacar el eficaz modelo de gestión de una compañía que, por enorme, presentaba grandes dificultades para ello. El queroseno refinado por la Standard iluminaba gran parte de los EEUU y empezó a extenderse por el mundo, debido a la necesidad continua de ampliar mercados, surgida de la creciente producción norteamericana. Entró también en el negocio comercializador, controlando a mediados de los 80 alrededor del 80% de la comercialización del queroseno en EEUU. Y aunque en un principio se había visto la producción directa como un negocio excesivamente especulativo, la compañía también entró en él a finales de los 80, controlando en 1891 el 25% de la producción de todo el país. Sin embargo, este apabullante dominio creó muchas tensiones en la sociedad, y empezaron a lanzarse cada vez mayores acusaciones contra la Standard de actuaciones ilegales
John Davison Rockefeller,
Sr. (8 de julio de 1839 – 23 de mayo de 1937) fue un empresario Industrial estadounidense con una participación importante en la industria petrolera. Fundador de la Standard Oil, hoy en día conocida como la ExxonMobil, la más grande de sus descendientes. En un período de más de cuarenta años, Rockefeller consolidó a la Standard Oil como la compañía petrolera más grande del mundo. La mayoría lo considera el hombre más rico de la historia.[1] Sus logros empresariales fueron controvertidos. Acusado de prácticas monopolistas, fue denunciado por periodistas e investigadores. Se asocia a la familia Rockefeller con la planificación de la primera y segunda guerras mundiales, con la supuesta finalidad de obtener beneficios económicos con la venta de armas y suministros a los países beligerantes.
John Davison Rockefeller (1839-1937) fue un industrial estadounidense, nacido en Richford (Nueva York), el 8 de julio de 1839; estudió en varios colegios públicos de Cleveland (Ohio). A los 16 años era bibliotecario en Cleveland.
En 1862 se asoció con Samuel Andrews, inventor de un revolucionario proceso para refinar petróleo en crudo. Tras una rápida expansión, la empresa fue absorbida en 1870 por la Standard Oil Company, creada por Rockefeller, su hermano William y varias personas más.
A principios de 1872, Rockefeller ayudó a crear la South Improvement Company, una asociación que englobaba a los principales refinadores de petróleo de Cleveland, llegando a acuerdos con las empresas ferroviarias para obtener importantes descuentos para los miembros de la asociación. Este acuerdo fue anulado de modo legal tres meses más tarde, ante las protestas de la gente, pero para entonces casi todos los competidores de Rockefeller se habían visto obligados a vender o a asociarse con él. En 1878 Rockefeller controlaba el 90% de las refinerías de petróleo de Estados Unidos y poco después ejercía un monopolio de los canales de distribución.
En 1882 Rockefeller creó la Standard Oil Trust, que fue el primer monopolio del mundo, declarado ilegal y obligado a disolverse por el Tribunal Superior de Justicia de Ohio en 1892 pero que, de hecho, no se disolvió hasta 1899. Ese año, Rockefeller estableció la Standard Oil Company en Nueva Jersey, siendo su presidente hasta su jubilación en 1911. Este mismo año la empresa se dividió en varias corporaciones por orden del Tribunal Superior de Justicia de Estados Unidos.
Se estima que la fortuna personal de Rockefeller llegó a alcanzar los 138.000 millones de dólares. Sus aportaciones filantrópicas alcanzaron los 550 millones. De éstos, el 80% fue a parar a cuatro organizaciones caritativas creadas por Rockefeller: la Fundación Rockefeller, la General Education Board, el Instituto Rockefeller para la Investigación Médica (hoy Universidad Rockefeller) y la Laura Spelman Rockefeller Memorial, creada en 1918 y absorbida por la Fundación Rockefeller en 1929. Rockefeller murió el 23 de mayo de 1937 en Ormond Beach, en Florida.
Algunos detalles: Rockefeller fue descendiente de inmigrantes judío-alemanes llegados a Estados Unidos en 1733. Durante sus modestos inicios como contable de la firma Hewit and Tuttle, el joven John Davison emprendió la redacción de una suerte de diario económico al que tituló "Libro Mayor A". Aquel curioso registro, que todavía se conserva actualmente, y las anotaciones contenidas en su libro autobiográfico "Random Reminiscences", ofrecen un esbozo magistral de su personalidad, en la que se combinaban, a partes iguales y en una suerte de simbiosis perfecta, la austera cicatería del buhonero y la ambición ilimitada del empresario predador.
Sr. (8 de julio de 1839 – 23 de mayo de 1937) fue un empresario Industrial estadounidense con una participación importante en la industria petrolera. Fundador de la Standard Oil, hoy en día conocida como la ExxonMobil, la más grande de sus descendientes. En un período de más de cuarenta años, Rockefeller consolidó a la Standard Oil como la compañía petrolera más grande del mundo. La mayoría lo considera el hombre más rico de la historia.[1] Sus logros empresariales fueron controvertidos. Acusado de prácticas monopolistas, fue denunciado por periodistas e investigadores. Se asocia a la familia Rockefeller con la planificación de la primera y segunda guerras mundiales, con la supuesta finalidad de obtener beneficios económicos con la venta de armas y suministros a los países beligerantes.
John Davison Rockefeller (1839-1937) fue un industrial estadounidense, nacido en Richford (Nueva York), el 8 de julio de 1839; estudió en varios colegios públicos de Cleveland (Ohio). A los 16 años era bibliotecario en Cleveland.
En 1862 se asoció con Samuel Andrews, inventor de un revolucionario proceso para refinar petróleo en crudo. Tras una rápida expansión, la empresa fue absorbida en 1870 por la Standard Oil Company, creada por Rockefeller, su hermano William y varias personas más.
A principios de 1872, Rockefeller ayudó a crear la South Improvement Company, una asociación que englobaba a los principales refinadores de petróleo de Cleveland, llegando a acuerdos con las empresas ferroviarias para obtener importantes descuentos para los miembros de la asociación. Este acuerdo fue anulado de modo legal tres meses más tarde, ante las protestas de la gente, pero para entonces casi todos los competidores de Rockefeller se habían visto obligados a vender o a asociarse con él. En 1878 Rockefeller controlaba el 90% de las refinerías de petróleo de Estados Unidos y poco después ejercía un monopolio de los canales de distribución.
En 1882 Rockefeller creó la Standard Oil Trust, que fue el primer monopolio del mundo, declarado ilegal y obligado a disolverse por el Tribunal Superior de Justicia de Ohio en 1892 pero que, de hecho, no se disolvió hasta 1899. Ese año, Rockefeller estableció la Standard Oil Company en Nueva Jersey, siendo su presidente hasta su jubilación en 1911. Este mismo año la empresa se dividió en varias corporaciones por orden del Tribunal Superior de Justicia de Estados Unidos.
Se estima que la fortuna personal de Rockefeller llegó a alcanzar los 138.000 millones de dólares. Sus aportaciones filantrópicas alcanzaron los 550 millones. De éstos, el 80% fue a parar a cuatro organizaciones caritativas creadas por Rockefeller: la Fundación Rockefeller, la General Education Board, el Instituto Rockefeller para la Investigación Médica (hoy Universidad Rockefeller) y la Laura Spelman Rockefeller Memorial, creada en 1918 y absorbida por la Fundación Rockefeller en 1929. Rockefeller murió el 23 de mayo de 1937 en Ormond Beach, en Florida.
Algunos detalles: Rockefeller fue descendiente de inmigrantes judío-alemanes llegados a Estados Unidos en 1733. Durante sus modestos inicios como contable de la firma Hewit and Tuttle, el joven John Davison emprendió la redacción de una suerte de diario económico al que tituló "Libro Mayor A". Aquel curioso registro, que todavía se conserva actualmente, y las anotaciones contenidas en su libro autobiográfico "Random Reminiscences", ofrecen un esbozo magistral de su personalidad, en la que se combinaban, a partes iguales y en una suerte de simbiosis perfecta, la austera cicatería del buhonero y la ambición ilimitada del empresario predador.
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